Para que una nación progrese y tenga una democracia fuerte y una sociedad moderna se debe invertir en innovación científica y social, consideró Annika Thunborg, embajadora del Reino de Suecia en México.
La académica y periodista explicó que estas ideas impulsadas por Alfred Nobel contribuyeron a que su país pasara de ser una nación con altos niveles de pobreza y migración, a una progresista que invierte más del 3.6 por ciento de su Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo; la inversión también es privada, precisó.
Actualmente, Suecia ocupa el séptimo lugar en el índice de desarrollo humano y esto se basa en el trabajo de la llamada triple hélice, donde el gobierno ha tenido un papel importante al trabajar de la mano con los sectores empresarial y académico para impulsar el espíritu de innovación y emprendimiento.
La diplomática detalló que Alfred Nobel fue el primero en practicar este modelo, aunque por supuesto en el siglo XIX no sabía que lo estaba usando. Si bien hoy es reconocido en el mundo por fundar el premio que lleva su nombre, en realidad fue un exitoso empresario, emprendedor e inventor, quien registró más de 350 patentes en su vida.
“Alfred Nobel entendió que la ciencia y la tecnología beneficiarían a la sociedad, pero también comprendió que el progreso y el desarrollo científico no podrían tener lugar sin avances sociales, sin una cultura rica o sin tener paz”, enfatizó Thunborg.
La embajadora ofreció la charla “Los Premios Nobel y Suecia: la importancia de la innovación y la sustentabilidad para el progreso de una democracia fuerte y una sociedad moderna”, durante el ciclo “Conversaciones desde la Diplomacia Europea”, organizado por el Centro de Estudios Europeos, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Avances históricos
Ante estudiantes y académicos de México, centro y Sudamérica, destacó que en el tiempo que vivió Nobel, Suecia era una nación agrícola pobre, de la cual emigraba una sexta parte de la población en busca de una vida mejor.
Nobel, quien era un filántropo, invertía en el futuro de la sociedad y de su país. Con esta convicción creó –en 1895– los galardones de Física, Química, Medicina, Literatura y Paz, de los cuales México ha recibido tres: Alfonso García Robles (Paz, 1982); Octavio Paz (Literatura, 1990), y Mario Molina (Química, 1995).
La industrialización y los avances tecnológicos en Suecia, sumados a una cultura de innovación, llevaron a mejorar la calidad de vida de numerosas personas, todo esto financiado mediante un sistema de impuestos progresivos para que el gobierno pudiera invertir en proyectos públicos que han llevado a un bienestar social en general.
Annika Thunborg recordó que empresas como AstraZeneca, Ericsson, Tetra Pak, Volvo, Spotify, Sky y H&M son algunas de las 160 surgidas en Suecia que están en México hace varios años implementando procesos de innovación y tecnología.
Además, su país ha impulsado de manera sistemática -a partir de la década de los 70- la igualdad de género y ha contribuido a ofrecer mejores oportunidades a mujeres y hombres, lo cual contribuye a generar más empleos e implica que la sociedad trabaja con todo su potencial.
Thunborg destacó que en las últimas dos décadas Suecia es líder en innovación entre los países de la Unión Europea y ha clasificado dentro de los cinco más innovadores del mundo de acuerdo con el número de patentes registradas.
Estas políticas, aseveró, buscan la sustentabilidad en general ya que además de las llamadas soluciones verdes se trabaja a nivel social con el cumplimiento de los derechos humanos y una economía que combatan la corrupción.