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Aprender sobre conservación de alimentos ayuda a protegernos y evitar enfermedades

Ante el riesgo latente de contraer enfermedades gastrointestinales, uno de los principales problemas de salud pública en nuestro país, el químico en alimentos, chef y académico de la Universidad del Valle de México, Luis Avilés Benítez, llamó la atención sobre la importancia que tiene garantizar la inocuidad y conservación de los alimentos, como medida para prevenir estos padecimientos.

En México, uno de los principales problemas de salud pública son las enfermedades gastrointestinales. Avilés Benítez destaca que la prevención se basa en conocer de dónde provienen nuestros alimentos y la forma en la que los conservamos en el hogar. Si bien las frutas y las verduras se pueden comprar de manera segura en el mercado, en el caso de la carne, el experto sugiere que para asegurar los estándares de calidad e inocuidad, el consumidor adquiera sus productos en un centro comercial, de ese modo, puede tener la garantía de que se cumplieron con todas las normas para su venta y cuentan con el sello que muestra la certificación tipo Inspección Federal (TIF) otorgado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).

“Como consumidores nos falta mucho conocimiento sobre la conservación de los alimentos, en el caso de la carne hay una bacteria que surge a partir de una mala manipulación, se llama Escherichia coli o Ecolí, hay una cepa especifica de este tipo de bacteria llamada H7057, esta bacteria tiene una característica muy alarmante porque te genera una hemorragia que rompe tus glóbulos blancos y puedes morir en pocos días a causa de esta bacteria. Por ello, es muy importante que el origen de los alimentos que vamos a consumir es seguro”, expuso.

En cuanto a la conservación, el experto indica que por diferentes variables como la temperatura, la humedad, el contacto directo con la luz solar o su exposición a microrganismos, los productos comenzarán a sufrir deterioro, pero su tiempo de vida depende de la forma en la que sean conservados y manipulados. “Sí deseamos tener una dieta nutritiva, equilibrada y balanceada queremos obtener de los alimentos el máximo de sus nutrientes, para ello es necesaria una buena conservación con esto nos referimos a poder utilizarlos en el momento óptimo, cuando alcanzan su máxima madurez y aporte nutrimental dentro de una fracción de tiempo para aprovecharlo”, dijo.

Para conservar los alimentos en forma óptima en el hogar, las dos técnicas más utilizadas son la refrigeración y la congelación. “La temperatura adecuada para la refrigeración debe ser de 4 grados Celsius, con el fin de reducir la actividad respiratoria y enzimática de los productos, por lo tanto, si una manzana tiene un tiempo de vida de 2 semanas, en un lugar como la Ciudad de México con un promedio de temperatura de 20 grados, al refrigerarlo podría conservarse hasta por 3 semanas y media con características de optimidad para su consumo. En cuanto a la congelación de alimentos, lo principal es identificar qué vamos a conservar; un mango, una fresa o zarzamoras tienen diferentes características y se debe analizar, para saber cuál es la manera óptima de congelarlas”, explicó Avilés Benítez.

En el caso de alimentos más delicados como las hojas verdes: espinaca, lechuga, cilantro o perejil. El chef Avilés Benítez recomienda evitar la humedad, de tal manera que las hojas se laven, se desinfecten y se sequen perfectamente para guardarlas envueltas en un papel absorbente dentro del refrigerador, siguiendo este método, los productos como la lechuga con una vida útil de 4 días podría conservarse hasta por 14 días.

Finalmente, el académico de UVM Campus Toluca considera que en México hace falta mucha información sobre los productos alimenticios, así como las prácticas de higiene, manejo y conservación. Por ello, hace un llamado a la población y recomienda a los consumidores involucrarse en la historia y trazabilidad del producto o alimento a consumir, es decir de dónde provienen las frutas, verduras y carnes. La tendencia indica que los consumidores cada vez son más exigentes, por lo cual está información será más accesible, de tal manera que se pueda tomar una decisión informada en cuanto a calidad e inocuidad de los alimentos.

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