La atención tardía de la fibrosis quística eleva el riesgo de fallecimiento en quienes lo padecen, por lo que es fundamental su detección temprana para garantizar la atención oportuna, advirtió el responsable de la Clínica de Fibrosis Quística del Hospital Infantil de México (HIM) “Federico Gómez”, José Luis Lezana Fernández.
La fibrosis quística, dijo, es una enfermedad genética hereditaria, multisistémica y crónica de baja prevalencia en México. Cada año nacen en promedio 300 personas con este padecimiento.
En entrevista por el Día Mundial de la Fibrosis Quística este 8 de septiembre, indicó que la enfermedad daña el sistema digestivo y deteriora la función pulmonar por infección e inflamación crónica de las vías respiratorias, y su detección tardía aumenta el riesgo de fallecimiento.
Lezana Fernández considera que la detección temprana con la aplicación gratuita del tamiz metabólico ampliado a personas recién nacidas es la mejor herramienta para otorgar un tratamiento oportuno, prevenir daños graves, irreversibles e incluso, el fallecimiento.
El tamiz neonatal ampliado se realiza con la muestra de sangre obtenida del talón de la persona recién nacida e identifica 67 padecimientos, entre ellos la fibrosis quística, enfermedad multisistémica que afecta los pulmones y se puede manifestar con tos crónica, y provoca alteraciones gastrointestinales y nutricionales como desnutrición aguda o crónica con retardo en el crecimiento y baja talla.
El especialista indicó que en la Clínica de Fibrosis Quística del HIM se ofrece atención interdisciplinaria con especialistas en neumología, pediatría, fisioterapia, nutrición, psicología, genética y trabajo social a 120 pacientes referidos de hospitales generales o centros materno-infantiles que resultaron positivos al tamiz neonatal o por sintomatología.
José Luis Lezana Fernández aseguró que, como resultado de la atención integral, en las últimas dos décadas se logró incrementar de 9 a 24 años la sobrevida de personas atendidas.
En la clínica se brinda tratamiento personalizado con pruebas de medición de la función pancreática, control nutricional, dieta con alto contenido de calorías y grasas, suplementación de vitamina A, D, E, K y reducción de la ingesta de carbohidratos para el adecuado crecimiento y desarrollo.
Aclaró que las personas recién nacidas con fibrosis quística deben alimentarse de forma exclusiva con leche materna los primeros seis meses, ya que reduce el riesgo de infecciones y el uso de antibióticos durante los primeros tres años de vida y ayuda a controlar el peso.