#MEXICO| México debe cambiar gradualmente su manera de producir, incorporar los conocimientos tradicionales y desechar las tecnologías destructivas en la agricultura
México.- México debe cambiar gradualmente su manera de producir, incorporar los conocimientos tradicionales y desechar las tecnologías destructivas, coincidieron especialistas durante la tercera videoconferencia de los Diálogos Ambientales, organizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Durante la charla “Transición agroecológica, forestal y pesquera; pesticidas y nuevos modelos agroecológicos, forestales y pesqueros”, el director general de Estadística e Información Ambiental de la Semarnat, Ramón Mariaca Méndez, cuestionó el modelo de agricultura industrial, que el neoliberalismo posicionó como único modelo viable para satisfacer las necesidades alimentarias de las poblaciones.
Indicó que México necesita crear un modelo propio de producción agroecológica que debe ser “hecho por mexicanos para mexicanos”, así como aprovechar las ventajas ambientales y las características regionales del país a fin de incrementar el rendimiento de la tierra y abandonar poco a poco prácticas nocivas y costosas para la economía.
Añadió que debe generar y adoptar tecnologías sanas, pero, sobre todo, ser respetuoso de la vida y la naturaleza.
El funcionario afirmó que sólo mediante la transición agroecológica se podrán detener el deterioro y la pobreza derivadas de la agricultura de exportación, la cual genera divisas a costa del envenenamiento del agua, la tierra, el suelo, los animales y el ser humano.
Para lograr este nuevo modelo, Mariaca Méndez consideró necesario el apoyo de las organizaciones agroecológicas del país en resistencia desde hace muchos años; revalorar y potenciar los saberes tradicionales; y convencer al gremio agroecológico para que junto con veterinarios y médicos sumen su conocimiento a esta búsqueda.
Lo anterior, explicó, debido a que la agroecología camina de la mano del patrimonio biocultural, y la sabiduría de nuestros pueblos se convierte en la matriz perfecta para el desarrollo de la agroecología mexicana, al ser los pueblos originarios, los pueblos indígenas, los que mantienen viva la gran riqueza biológica de México.
Esta visión, remarcó, constituye la base de lo que el secretario Víctor M. Toledo ha llamado la nueva Semarnat, una perspectiva diferente para reorientar la política ambiental mexicana y adelantó que la institución ya trabaja en la elaboración de un programa de transición agroecológica que promueve la agroecología y el patrimonio biocultural.
Por su parte, la subdirectora de Investigación sobre Sustancias y Residuos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, Ania Mendoza Cantú, subrayó la urgencia de esta transición gradual hacia la agroecología, ante el alto nivel de degradación que presentan algunos ecosistemas por el uso indiscriminado de agroquímicos y pesticidas.
La funcionaria coincidió en que este nuevo modelo debe respetar la dinámica de la naturaleza e impulsar el uso diversificado del territorio, promover el policultivo, rescatar los saberes comunitarios y eliminar la dependencia de los agroquímicos, pues aunque existe una regulación para ello, no hay una vigilancia apropiada sobre su uso.
Tan sólo en 2017, mencionó, ocurrieron tres mil 079 casos de intoxicación por plaguicidas en el país, e incluso su uso derivó en efectos dañinos a ecosistemas y especies silvestres, lo que generó la recomendación 82/2018 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por la violación a las garantías individuales por el uso de agrotóxicos en agravio de la salud humana.
En respuesta, indicó, el INECC publicó la Estrategia Nacional para Evitar los Riesgos Ambientales por los Plaguicidas en México, con el objetivo de priorizar acciones para abordar esta problemática, y que plantea, entre otras iniciativas, la eliminación gradual de los agroquímicos altamente peligrosos.
A su vez, la directora de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en la Península de Yucatán y el Caribe, Yadira Gómez Hernández, resaltó la importancia de la pesquería sustentable de esa región.
Señaló que seis cooperativas langosteras han innovado las tecnologías y las artes de pesca y creado hábitats artificiales, pero también han compartido sus conocimientos con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y con otras comunidades de pescadores.
Esta organización, precisó, incluye el trabajo por parcelas de mar, así como su participación en la vigilancia y monitoreo biológico del territorio marino, donde construyen sombras langosteras con cemento, las cuales colocan en el fondo del mar para facilitar que los crustáceos entren y salgan de esos escondites.
Además, añadió, sus lanchas portan encierros móviles, o chiqueros, donde mantienen vivas a las langostas que así son vendidas y mejor cotizadas, lo que también les ha merecido la certificación de prácticas pesqueras sustentables y distintos premios.
La funcionaria federal destacó asimismo la sinergia entre la Conanp y las sociedades pesqueras para dar un giro a la amenaza del pez león, ya que al pescar a esa especie invasora y destinarla a un consumo sustentable se mitigó el impacto sobre los arrecifes coralinos.
Finalmente, el director general de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), León Jorge Castaños, expuso un nuevo planteamiento de manejo integral del territorio rural, en el que los productores sean los actores principales en el diseño y operación de los programas, y las instituciones participantes se articulen en políticas, programas y recursos.
El proceso para llevarlo a cabo, explicó, parte de integrar un grupo operativo interinstitucional, definir criterios para focalizar microcuencas, hacer un diagnóstico participativo para derivar hacia una planificación territorial y diseñar con los productores las acciones necesarias para posteriormente revisar presupuestos, subsidios y financiamiento que permitan desarrollar las capacidades técnicas y de organización.
Sumado a ello, agregó, la Conafor impulsa el Programa Redd+ de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal, en coordinación con la Sader; y el concepto de promotorías locales de desarrollo forestal con el fin de acercar a sus técnicos a proyectos prioritarios y trabajar en cada estado de acuerdo a sus necesidades.
Apuntó que la Comisión desarrolla 12 proyectos regionales, brinda apoyo para el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales, ya que de la superficie total, el 64 por ciento opera bajo un esquema no certificado, el 36 por ciento cuenta con certificación nacional y sólo el 21 por ciento goza de certificación internacional.
Finalmente, León Castaños informó que se están organizando tres encuestas, una dirigida al público en general; la segunda a actores clave del sector y, la tercera, a los pueblos originarios en sus lenguas, con el fin de conocer e integrar sus opiniones.