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Incidencia y mortalidad por tuberculosis se redujo en México

La Secretaría de Salud actúa para cumplir la meta global emanada de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de reducir en 90 por ciento la incidencia de casos y 80 por ciento la mortalidad por tuberculosis para el año 2030. Lo anterior, mediante estrategias de prevención, detección temprana, tratamiento y vigilancia permanente, dijo la directora de Micobacteriosis del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Fátima Leticia Luna López.

A través del Programa Nacional de Tuberculosis se impulsan acciones integrales y permanentes para visibilizar este padecimiento, ya que hay un sector de la población que cree que ya no existe y las personas que presentan síntomas acuden de manera tardía a recibir atención.

Luna López resaltó que, como resultado de las acciones, la tasa de mortalidad en 2019 fue de 1.59 por cada cien mil habitantes, mientras que en 1990 era de 7.54 por la misma cantidad de habitantes.

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa causada por un bacilo llamado Mycobacterium tuberculosis, el cual tiene un tiempo de replicación muy lento. En el contexto de la pandemia, la OMS alerta sobre un eventual incremento de muertes por tuberculosis asociadas a COVID-19.

Esta enfermedad genera menos contagios y letalidad que la provocada por el virus SARS-CoV-2, y presenta periodos de incubación prolongados y en localizaciones extrapulmonares con sintomatología inespecífica, por lo que puede ser confundida con otras patologías.

La directora de Micobacteriosis del Cenaprece informó que durante 2019 se presentaron 22 mil 285 casos, principalmente en los estados de Baja California, Sonora, Sinaloa, Guerrero y Tamaulipas; mientras que los estados de México, Tlaxcala, Zacatecas, Michoacán y Aguascalientes registraron menor incidencia.

Los grupos de edad que concentran más casos son los de 20 a 64 años con 76.6 por ciento; mayores de 65 años con 15 por ciento y de uno a 14 años, 8.4 por ciento. Los casos se registran, principalmente, en hombres con 63 por ciento.

El tratamiento para la tuberculosis está disponible y es gratuito en todas las unidades del Sistema Nacional de Salud. Puede curar la enfermedad en 99 por ciento de los casos si se administra durante el tiempo indicado y con los medicamentos combinados adecuados, enfatizó.

Luna López afirmó que, para tratar la tuberculosis latente o activa, sensible y con resistencia a fármacos, el tiempo de administración va de seis meses a dos años y es necesario combinar fármacos por las características propias del bacilo. Además, la toma de medicamentos debe ser supervisada por personal médico o algún familiar capacitado, para verificar que no haya reacciones adversas.

Agregó que la persona afectada comienza, en la mayoría de los casos, a sentir mejoría a partir del primer mes; en contraste, hasta dos terceras partes de pacientes que no reciben tratamiento adecuado están en riesgo de fallecer.

La tuberculosis pulmonar es la más frecuente, ya que durante el 2020 se presentó en 79.1 por ciento del total de los casos. Además, es la más contagiosa, pues se puede transmitir de una persona sin tratamiento a otra cuando expulsa bacilos tuberculosos al estornudar, toser o escupir. Incluso, una persona enferma, en un año podría infectar a 10 a 15 personas, explicó.

Se dice que un tercio de la población mundial está infectada de tuberculosis -infección latente-, sin mostrar síntomas y sin transmitir la enfermedad; sin embargo, el estado de latencia puede reactivarse en 10 por ciento de los casos, en situaciones de deficiencia inmunológica como en las personas que viven con VIH, diabetes mellitus o inmunosupresión, ocasionando que la persona enferme a lo largo de su vida.

Para prevenir este padecimiento en sus formas graves -meníngea y miliar- es necesaria la vacunación con BCG o bacilo de Calmette-Guérin y, para evitar el resto de sus formas, se deben cortar las cadenas de transmisión con el diagnóstico y tratamiento, así como rastrear, estudiar y tratar a los contactos.

Los síntomas en personas adultas son tos con expectoración de más de 15 días de evolución y las y los niños pueden presentar tos con o sin expectoración durante dos o más semanas, fiebre, sudoración abundante por las noches y bajo peso.

Las personas en condiciones de vulnerabilidad, principalmente menores de cinco años, con VIH, diabetes mellitus, usuarias de sustancias nocivas para la salud y desnutrición tienen más posibilidad de desarrollar la enfermedad.

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