#México | En este año se otorgó un presupuesto de 15 millones de pesos al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía
Ciudad de México. – Aunque desde el año 2017 la esclerosis múltiple, segunda causa de discapacidad en México, fue reconocida como enfermedad de gastos catastróficos, hasta la fecha sigue sin contar con un presupuesto para su tratamiento en el sistema público de salud, señaló Claudia Salcedo.
En el marco del Día Mundial de las Personas con Discapacidad, la subdirectora de la asociación Unidos Combatiendo la Esclerosis Múltiple explicó que actualmente sólo el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía cuenta con un presupuesto para dicha enfermedad y que es insuficiente.
Detalló que en este año se otorgó un presupuesto de 15 millones de pesos al instituto para atender la esclerosis múltiple, en tanto que para 2020 se dieron 23 millones, no obstante, dijo, es insuficiente por la cantidad de pacientes del Instituto Nacional de Neurología, a los que llegan de otras unidades médicas y de otros estados.
Por ello, apuntó, están dando seguimiento al nuevo modelo de salud, implementado por la actual administración, el Instituto para el Bienestar (Insabi), con el que esperan acceder a los servicios de salud y tratamiento de la esclerosis múltiple.
Por su parte, la coordinadora clínica de enfermedades desmielinizantes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Verónica Rivas Alonso, informó que en México existen cerca de 15 mil a 20 personas con esclerosis múltiple, de las cuales la mayor prevalencia es de los 17 a 35 años, en la edad más productiva, afectando principalmente a mujeres.
Explicó que si bien no se sabe una sola razón del por qué se presenta dicha enfermedad, está comprobado que un diagnóstico oportuno y acceso al tratamiento adecuado reduce el riesgo de sufrir algún tema de discapacidad a largo plazo.
Es una enfermedad poco cubierta en el país y se considera de muy alto costo, pues los tratamientos más económicos van de 21 a 25 mil pesos mensuales, ello, sin contar el tratamiento sintomático para el dolor, fatiga, pérdida de visión, entre otros, que puede provocar.
“Desde hace varios años se ha hecho un llamado (…) para solicitar el apoyo en cuanto a la cobertura, no sólo del tratamiento, sino del diagnóstico; hay pacientes que no pueden solventar una resonancia magnética (para el diagnóstico de la enfermedad) o que vienen de otro estado de la República que no van a volver a consulta porque no tienen recursos para trasladarse”.
“Por mucho que nosotros podamos hacer un diagnóstico muy temprano, cuando no se les puede ofrecer porque no tenemos el recurso, el impacto es el mismo; se les puede ofrecer otros medicamentos, pero tiene menor eficacia y más eventos adversos a largo plazo”, señaló Rivas Alonso.