ECOLOGÍA | Los cazadores deberán seguir un protocolo especial para evitar la propagación COVID-19
Madrid.- La Federación Galega de Caza estimó que las batidas “excepcionales” de jabalís que se podrán realizar en Galicia durante el estado de alarma no serán necesarias hasta mediados de mayo, cuando inicie la campaña de la siembra de maíz.
La asociación que agrupa al 90 por ciento de los tecores gallegos precisó que hasta el 30 de abril no habían recibido ninguna petición para realizar estas actuaciones y prevé que estas comenzarán a llegar a partir del inicio de la siembra de maíz, pues es uno de los cultivos más afectados por los jabalís en zonas como O Deza y Terra Chá.
El pasado lunes, se publicó en el Diario Oficial de Galicia (DOG) el acuerdo que autoriza la cacería excepcional por daños agrícolas o accidentes de tráfico, tras la instrucción del Ministerio de Agricultura en la que reconoce a las comunidades este poder.
Como parte del estado de alarma, los cazadores deberán seguir un protocolo especial para evitar la propagación COVID-19, que incluye medidas como desplazamientos individuales en los vehículos.
Previo a la cacería, la Federación Galega de Caza explicó que se puede aplicar otra medida de control como son las esperas, método en el que solo un cazador se desplaza hasta la parcela en la que provoca daños el jabalí para abatirlo.
Asimismo, adelantó que a partir del próximo 25 de mayo el estado entraría en una nueva fase de desescalada en la que “sí que estaría permitida la caza de forma más genérica”.
Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente aclaró que las batidas se llevarán a cabo con autorización previa, de forma “puntual” y “excepcional”.
A la par, subrayó que, al igual que en circunstancias normales, este recurso se tiene en caso de que en una comarca determinada se constate que los jabalís están afectando al ganado o destrozando los plantíos de maíz.
Ante las condiciones excepcionales por el estado de alarma y a la víspera de la temporada de siembra, las comunidades solicitaron al Ministerio ponerse en contacto con la Federación Galega de Caza para reanudar sus actuaciones, que quedaron suspendidas ante la emergencia.
Esto, debido a que desde hace unos meses se declaró la emergencia cinegética en varias comarcas gallegas, que abarcan a 33 ayuntamientos, con base en daños en esas zonas y avistamientos reiterados.
En las últimas semanas agricultores y organizaciones como Unións Agrarias (UU.AA.) externaron su preocupación por la notable presencia de jabalí al pie de casas y de cultivos, luego de que se redujera la presencia humana en la agricultura a consecuencia del confinamiento.
El sindicato agrario demandó entonces una “actitud proactiva” de administraciones y tecores ante el inicio de la campaña de siembra de maíz en mayo, que llega de forma escalonada en las diferentes comarcas productoras, así como eficacia y agilidad en las ayudas por daños de animales salvajes.
La UU.AA. estima que en Galicia, los daños provocados por jabalís cuestan a la agricultura más de 14 millones de euros al año y ocasionan de media hasta siete accidentes de tráfico al día en las carreteras.
No obstante, asociaciones ecologistas y animalistas han mostrado su rechazo a la medida de mantener la actividad cinegética durante el estado de alarma
La Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (Adega) censuró que el sector de la caza aproveche el confinamiento para “crear sensacionalismo sobre una supuesta invasión de la fauna salvaje” mediante avistamientos captados o filmados en zonas urbanas, pero los reduce a “anecdóticos”.
Además, remarcó que Galicia es una comunidad rica en biodiversidad, por lo que “lo normal” es convivir y cruzarse con fauna salvaje y negó que durante el confinamiento hubiera una explosión de fauna, invasión o un comportamiento anómalo de los animales.
“Se debe decir con rotundidad que no acontece nada fuera de lo normal con la fauna salvaje”, insistió.
Por ello, calificó como un “disparate” que la Junta y el Gobierno central autoricen la continuidad de la caza durante el confinamiento, pues afirmó que no existen motivos para considerarla una actividad esencial, dado que la población de jabalí no está descontrolada, sino que carece de gestión.
De igual forma, la entidad animalista Libera rechazó que la Junta abogue por las cacerías por daños durante el estado de alarma “sin entender el riesgo sanitario que conllevan” y reprochó al Gobierno gallego que aproveche esta situación para “seguir subvencionando” al “lobby” de cazadores.