Por Mariana Guzmán
El papel del sistema financiero en cualquier país es muy importante por varias razones, siendo una de las principales poner en contacto a aquellas personas y empresas que necesitan flujos de efectivo con aquellas que mantienen un exceso de liquidez.
Los bancos son por excelencia las entidades encargadas de satisfacer estas necesidades al ofrecer una tasa de interés tanto para el financiamiento como para la inversión.
El nivel de las tasas, como cualquier otro activo que se desea comprar o vender, debería estar vinculado con su oferta y demanda; sin embargo, los bancos centrales influyen de manera significativa en dichos nivelesa través de la política monetaria.
Esto es importante a considerar, toda vez que el pasado 21 de marzo el Banco de México decidió comenzar a bajar su tasa objetivo, por lo que es inevitable que “todas” las tasas en la economía observarán una tendencia descendente en los próximos meses, incluso años.
A tasas más bajas, las alternativas de inversión resultan menos atractivas, pero contrariamente se incrementa la demanda de crédito en todos los plazos y para todos los sectores. Considerando el hecho de que en México son mucho más los demandantes de dinero que los oferentes, el obtener financiamiento a menor costo favorece el emprendimiento, los proyectos de inversión y la adquisición de activos de largo plazo como maquinaria, muebles, tecnología, automóviles y bienes raíces. En consecuencia, el producto interno bruto (PIB) debería a subir y la calidad de vida podría mejorar.
Ahora bien, cualquier empresa que pretenda incrementar sus ventas podría optar por apalancarse para financiar su crecimiento, y si las tasas de interés son más bajas, el costo por el uso de los fondos generaría ahorro y mayor rentabilidad.
A manera de ejemplo, considera que una microempresa genera un flujo de efectivo libre y constante de $1,700,000 anuales. Se espera que esta cantidad permanezca a perpetuidad, por lo que para conocer el valor aproximado de la empresa podría dividirse el flujo mencionado entre la tasa actual de CETES de 1 año (11.10% al 2 de abril 2024), a saber: $1,700,000 ÷ 0.1110 = $15,315,315. Si realizamos el mismo procedimiento al finalizar el 2024, cuando se espera que la tasa de CETES de 1 año se ubique en 9.50%, el valor de la empresa sería de $1,700,000 ÷ 0.095 = $17,894,737
A partir de lo anterior, es evidente que, a menores tasas de interés el uso moderado de la deuda reduce el costo del capital total y, por lo tanto, aumenta el valor de la empresa.
Además, considera que el uso de la deuda presenta la ventaja de poder deducir los intereses reales con base en la tasa corporativa de impuestos. En este sentido, una PYME que paga impuestos a razón del 32% sobre las utilidades y tiene contratado un crédito al 14.5% anual, el costo financiero incurrido sería realmente de (1 ‒ 0.32) x 14.5 = 9.86%
¿Qué estrategias financieras tienes para tu PyME actualmente? ¿Qué estás haciendo por obtener un impulso en esos momentos cuando más lo necesitas? ¿Estás aprovechando que la tasa de interés seguirá bajando? Son preguntas que no puedes dejar de hacerte, sobre todo tomando en cuenta el panorama fertil que parece vislumbrase.
Mariana Guzmán es socia y CFO de MetaXchange Capital desde 2021. Cuenta con una exitosa carrera de más de 14 años en el sector bancario, trabajado en instituciones como BBVA y HSBC. Sigue a Mariana Guzmán en su LinkedIn aquí.