En el remolque viajaban 107 personas, pero los primeros rescatistas que llegaron al lugar indicaron que debían haber sido más, porque varios huyeron
Al menos 53 migrantes murieron el jueves al volcarse un tráiler que los trasladaba de manera ilegal por el sur de México y más de medio centenar resultaron heridos en uno de los peores accidentes que haya afectado a los migrantes que cruzan el país rumbo a Estados Unidos.
La fiscalía federal actualizó la cifra de fallecidos el jueves por la noche. En un comunicado precisó que tres de los heridos estaban graves y que había atraído el caso para encargarse de las investigaciones.
Según había informado previamente el director de Protección Civil del estado de Chiapas, Luis Manuel García Moreno, 40 de los lesionados fueron trasladados a varios hospitales.
El funcionario indicó que en el remolque viajaban 107 personas, pero los primeros rescatistas que llegaron al lugar indicaron que debían haber sido más, porque varios huyeron incluso heridos por temor a ser detenidos por los agentes migratorios.
Según los supervivientes, la mayoría de los migrantes eran guatemaltecos, pero también había hondureños y de otras nacionalidades.
El accidente ocurrió alrededor de las 15:30 de la tarde cuando el camión con remolque, que aparentemente circulaba a exceso de velocidad, volcó en una curva y golpeó la base de un puente peatonal en una zona cercana a la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez.
El contenedor, un módulo de carga usado normalmente para transportar mercancías, se rompió por la fuerza del impacto.
“Estoy algo inconsciente”, afirmó el guatemalteco Celso Pacheco, intentando recuperarse del shock y mientras a su alrededor cruzaba gente corriendo con heridos en camillas. “Nos agarró la vuelta y por el peso de las personas que veníamos dentro, en la vuelta, nos fuimos todos”, agregó.
Pacheco viajaba solo, pero dijo que en el camión había también como una decena de niños.
Varios cuerpos de migrantes quedaron desperdigados por el asfalto mientras otros tantos estaban en el interior de la caja del tráiler, donde algunos supervivientes se desesperaban entre los cadáveres, como un joven atrapado entre los fierros y que esperaba que los rescatistas pudieran rescatarlo. Había otro hombre que mientras le atendían llamaba a los suyos para informarles que estaba vivo. De fondo, alguien gritaba “ya no aguanto el dolor”.
Quienes estaban más graves fueron trasladados en ambulancias, patrullas o incluso en camionetas en medio de la desesperación de quienes ayudaban y de los clamaban ayuda, dijo Marco Antonio Sánchez, del servicio de bomberos.
Con información de AP