#MUNDO| Urge a los gobiernos a garantizar la protección social de los más vulnerables

Nueva York.- La crisis sanitaria generada por la COVID-19 ha creado una recesión histórica con niveles récord de privaciones y desempleo, creando una crisis humana sin precedentes que golpea con mayor fuerza a los más pobres, especialmente a las mujeres y los niños.

En una nueva hoja de ruta publicada para apoyar el camino de los países hacia la recuperación social y económica, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pide un aumento extraordinario del apoyo internacional y del compromiso político para garantizar que las personas de todo el mundo tengan acceso a los servicios esenciales y a la protección social.

El denominado “Marco de las Naciones Unidas para la respuesta socioeconómica inmediata a la COVID-19: Responsabilidad compartida, solidaridad mundial y medidas urgentes en favor de las personas más necesitadas” llama a proteger los empleos, las empresas y la calidad de vida para poner en marcha lo antes posible una recuperación segura y sólida de las sociedades y las economías, con el fin de lograr un camino más sostenible, equitativo en materia de género y neutro en cuanto a las emisiones de carbono se refiere.

“No se trata sólo de una crisis sanitaria, sino también de una crisis humana, una crisis de empleo, una crisis humanitaria y una crisis de desarrollo. Pero tampoco se trata sólo de la población más vulnerable, porque esta pandemia muestra que todos estamos en riesgo, porque sólo somos tan fuertes como el sistema de salud más débil”, señaló el secretario general de la ONU, António Guterres.

Su escala sin precedentes exige una respuesta también sin precedentes, agregó Guterres, quien presentó su informe sobre las repercusiones socioeconómicos de la COVID-19 “Responsabilidad compartida, solidaridad mundial”, en marzo de 2020.

“Todo lo que hagamos durante y después de esta crisis debe estar fuertemente enfocado en la construcción de economías y sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles, que sean más resilientes frente a las pandemias, el cambio climático y los muchos otros desafíos mundiales que enfrentamos”, continuó.

El nuevo marco publicado ayer establece la manera en que las Naciones Unidas harán realidad esta visión sobre el terreno, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el marco de la ONU para la recuperación social y económica.

Considerando que durante el brote del Ébola en 2014 murieron más personas por la interrupción de los servicios sociales y el colapso económico que por el propio virus, el marco se centra en la protección de las necesidades y los derechos de las personas más afectadas por la pandemia, empezando por los países y grupos más vulnerables y los que corren el riesgo de quedarse atrás.

Basado también en las enseñanzas de la crisis económica y financiera mundial de 2008, el marco señala que los países con sistemas de protección social y servicios básicos sólidos son los que menos sufrieron y se recuperaron más rápidamente.

Ahora, para evitar que millones de personas caigan en la pobreza, los gobiernos de todo el mundo tendrán que adaptar y ampliar rápidamente los “colchones” de seguridad, como las transferencias de efectivo, la asistencia alimentaria, los planes de seguridad social y los subsidios familiares.

Para reducir los efectos de la crisis por la COVID-19, las Naciones Unidas piden ampliar extraordinariamente el apoyo para enfrentar los desafíos que se avecinan, incluido el mecanismo de respuesta inmediata de protección social que tenga en cuenta los efectos diferenciados en los grupos vulnerables, la niñez, las mujeres, los hombres y las personas del sector no estructurado.

“Esto es particularmente urgente, si se considera que cuatro mil millones de personas, más de la mitad de la población mundial (incluidos dos de cada tres niños) carecen de protección social o ésta es inadecuada”, concluye el documento.