Japón amplió el viernes el estado de emergencia por el coronavirus, horas después de aprobar el uso de dos vacunas más en un intento por contener un preocupante repunte de los contagios a nueve semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Aunque no se ha decretado un confinamiento obligatorio, el estado de emergencia permite que los gobernadores de las prefecturas señaladas exijan que las tiendas y los establecimientos públicos cierren o reduzcan sus horas de atención al público. Las medidas, que a finales de abril afectaban a los dos principales focos del brote — Osaka y Tokio — y se ampliaron a más regiones a principios de mes, llegan actualmente al 42% de la población.
El gobierno anunció el viernes la decisión de añadir a la lista a Okinawa, un archipiélago del sur donde están la mayoría de los soldados estadounidenses destinados en Japón, a partir del sábado.
Antes en el día, Japón aprobó la producción y uso de las vacunas contra el coronavirus desarrolladas por Moderna y AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Estos dos fármacos ayudarán a acelerar la campaña de inmunización, explicó el ministro de Salud, Norihisa Tamura. Desde su aprobación en febrero, se han administrado uno o más dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech a cerca de cinco millones de personas, el 4% de la población.
Se cree que una vacunación más rápida es clave para la capacidad del país de contener la propagación del coronavirus. Más de la mitad de sus aproximadamente 12.000 muertes por COVID-19 se han registrado desde febrero. El número de pacientes graves batió su récord esta semana.
Mientras el gobierno sigue adelante con los planes para albergar los Juegos Olímpicos en julio, la contención del brote es esencial para desterrar la creciente preocupación de la población sobre la seguridad del evento. Encuestas recientes mostraron que más del 80% de los japoneses se opone a la celebración de la cita olímpica.
Con información de AP