#Mundo | La Red de Acción Climática trabajan para promover acciones gubernamentales e individuales para limitar el cambio climático
Madrid.- El mundo entra a partir de hoy en una “década de ambición” para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que permitan frenar el aumento de la temperatura global por debajo de los 1.5 grados Celsius, afirmó la Red de Acción Climática (CAN, por sus siglas en inglés).
Las conversaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el clima concluyeron, dos días después de lo previsto y en horas de la madrugada, con un endeble acuerdo en el que los gobiernos no muestran signo alguno de querer abordar la emergencia climática con la seriedad que la ciencia demuestra es requerida.
Agobiados por las negociaciones que ponen la política y los intereses de los combustibles fósiles por encima de las personas y el planeta, muchos países, encabezados por los Estados Unidos, Australia y Brasil, una vez más expusieron su apatía ante el sufrimiento de millones y su rechazo a las conclusiones de la ciencia.
La brecha entre lo que la gente exige para un futuro seguro para el clima y lo que los líderes están dispuestos a hacer, se amplía conforme aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero, se expande la producción de combustibles fósiles y aumentan los impactos.
Esto es inaceptable, afirmó la CAN, una organización global que agrupa a más de mil 300 organizaciones de la sociedad civil en 120 países, que trabajan para promover acciones gubernamentales e individuales para limitar el cambio climático inducido por el hombre a niveles ecológicamente sostenibles.
En la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), los principales emisores no dieron señales claras sobre el aumento de la ambición para 2020 y los países ricos incumplieron la promesa de proporcionar financiamiento para pérdidas y daños.
Sin alcanzar tampoco un acuerdo sobre las reglas del mercado de carbono, la Red de Acción Climática reitera que cualquier regla decidida el próximo año debe garantizar la integridad ambiental y proteger los derechos humanos. Cualquier otra resolución que implique algo menos que esto es inaceptable.
A principios de la semana, cientos de activistas climáticos participaron en una protesta pacífica pero ruidosa cerca de las salas plenarias, mientras los ministros arrastraban los pies sobre las negociaciones en el interior.
Fue profundamente preocupante ver que grupos de observadores enfrentaran represalias por exigir justicia climática, haciéndose eco de las voces de las calles, incluso cuando los cabilderos y contaminadores deambulaban libremente por los pasillos de la sede climática de la ONU.
Ahora entramos en una “década de ambición” que debe ver políticas transformadoras para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 grados centígrados, advirtio la CAN.
“Los gobiernos no pueden ignorar la oleada de opinión pública que exige una respuesta urgente a la crisis climática. Ya este año vimos la voluntad de las personas, especialmente de los jóvenes, en diferentes partes del mundo: ahora, para 2020, mucho antes de la COP26 en Glasgow, necesitamos ver planes claros de todas las naciones, que aseguren el futuro que la gente merece”, concluyó.