La medicina, ingeniería y minería espaciales son áreas de oportunidad, dijo Alejandro Farah Simón, del Instituto de Astronomía de la UNAM científicos e investigadores mexicanos tienen las mismas capacidades que sus contrapartes europeos, estadounidenses o asiáticos, afirmó
El desarrollo de la ciencia y la tecnología espacial no es exclusivo de una nación, sino una necesidad para la humanidad, y México es capaz de tener mayor participación si encuentra un nicho de oportunidad, afirmó Alejandro Farah Simón, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.
La carrera espacial va más allá que sólo diseñar cohetes o transbordadores, existen diversas áreas de oportunidad, como la medicina, ingeniería y minería espaciales, así como el estudio del funcionamiento del cuerpo humano en diferentes atmósferas, pues en gravead cero se presenta desorientación, disminución de masa muscular y descalcificación, detalló.
En la minería espacial, dijo, “ya se cuenta con tecnología, pero es importante crear nuevos materiales, como textiles y aleaciones”.
Otra opción es la telemedicina, como posibilidad de atención médica a los astronautas mediante robots. “Lo importante es que ingenieros mexicanos se preparen”.
Mismas capacidades
El universitario aseguró que los científicos e investigadores mexicanos tienen las mismas capacidades que sus contrapartes europeos, estadounidenses o asiáticos, “la diferencia radica en el apoyo que reciben, pues en México es aún muy limitado, por lo que una idea tarda en llevarse a cabo de 15 a 20 años”.
Por eso, destacó la importancia de que en México se realice este tipo de desarrollo y ciencia, no sólo por dinero, sino para tener un beneficio social al abaratarse los costos de diversos productos. “Todos tenemos un poco de tecnología espacial en nuestras manos todos los días, pues son los satélites los que hacen posible el uso de los teléfonos inteligentes”.
Farah Simón resaltó que quienes se dedican al desarrollo en ciencia y tecnología espacial deben hacer trabajo colaborativo: actualmente no es necesario empezar de cero, sino sumarse con conocimiento y capacidades.
De no invertir debidamente e incorporarse de lleno a este campo, los proyectos en los que han participado científicos e investigadores mexicanos seguirán siendo aprovechados por alguien más, con pocos beneficios para nuestro país; muestra de ello es el vehículo robot de exploración de Marte, Curiosity, cuyas ruedas de aluminio fueron diseñadas por un mexicano, concluyó.