MUNDO| Podrían usarse para paliar los efectos del cambio climático sobre la producción agrícola.
Madrid.- Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) analizó estrategias biotecnológicas para lograr cultivos resistentes a la sequía, las cuales podrían usarse para paliar los efectos del cambio climático sobre la producción agrícola.
Los resultados fueron publicados en la revista Science dentro de un número dedicado a la sequía; la cual causa en los países en vías de desarrollo más pérdidas en los campos de cultivo que todos los patógenos juntos, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
El CSIC explicó que cambios en el crecimiento y la arquitectura de las raíces, el cierre de los estomas (pequeñas aberturas en las hojas) y el avance de la fase reproductiva son algunas de las estrategias naturales que emplean las plantas para evitar la pérdida de agua y sobrevivir en condiciones de estrés hídrico.
Junto con los últimos avances científicos y técnicos, el conocimiento de su fisiología, desde las raíces a los estomas, pasando por las fitohormonas, abre nuevos horizontes para desarrollar cultivos con mayor resistencia a la sequía sin que su rendimiento resulte afectado, puntualizó el Consejo.
“Estos mecanismos que utiliza la planta para protegerse de la sequía moderada limitan su crecimiento y en cultivos, reducen sustancialmente el rendimiento. Las hormonas vegetales, como el ácido abscísico, auxinas y brasinoesteroides, juegan un papel esencial en la regulación de todas estas respuestas fisiológicas de la planta frente a la escasez de agua”, explicó la investigadora del CSIC Ana I. Caño-Delgado.
Los científicos analizan en este trabajo las distintas estrategias experimentales utilizadas para lograr incrementar la resistencia a la sequía de las plantas modificando la señalización mediante hormonas vegetales.
En 2018, el equipo de Caño-Delgado demostró que al modificar la señalización por hormonas brasinoesteroideas en la planta modelo Arabidopsis thaliana a través del receptor de esteroides BRL3, se obtenían plantas más resistentes a la sequía sin afectar a su crecimiento.
Con el aumento de la población mundial se prevé que la producción de cultivos deberá duplicarse, mientras el agua dulce será cada vez más escasa. Según los científicos, investigar cómo responden las plantas a la sequía y diseñar nuevas estrategias para el avance de la sanidad vegetal son clave para mejorar la eficiencia del uso del agua y garantizar la disponibilidad alimentaria futura.