Este tema ya preocupa a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
El marcado incremento en los casos de algunas enfermedades de transmisión sexual en Estados Unidos, incluyendo un aumento de 26% en los contagios de sífilis reportados el año pasado, está haciendo que las autoridades federales de salud pidan nuevas medidas de prevención y tratamiento.
“Es imperativo que… trabajemos para reconstruir, innovar y expandir la prevención (de las ETS) en Estados Unidos”, dijo el doctor Leandro Mena, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), en un discurso el lunes durante un congreso médico sobre las enfermedades de transmisión sexual.
Las tasas de infección de algunas ETS, entre ellas la gonorrea y la sífilis, han estado aumentando desde hace años. El año pasado, la tasa de casos de sífilis alcanzó su nivel más alto desde 1991 y el número total de contagios llegó a su punto más alto desde 1948. Los casos de VIH también van al alza, un 16% más el año pasado.
Y un brote internacional de viruela símica, que se propaga principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, ha hecho aún más notorio el grave problema que enfrenta la nación con enfermedades que se propagan principalmente a través del sexo.
David Harvey, director ejecutivo de la Coalición Nacional de Directores de ETS, considera que la situación está “fuera de control”.
Las autoridades trabajan en nuevos enfoques para el problema, como kits de prueba caseros para algunas ETS, los cuales facilitarán que las personas sepan que están infectadas y tomen medidas para evitar contagiar a otros, detalló Mena.
Otro experto señaló que una parte central de cualquier iniciativa debe ser el trabajar para promover el uso de condones.
“Es bastante sencillo. Se registran más enfermedades de transmisión sexual cuando las personas tienen más relaciones sexuales sin protección”, dijo el doctor Mike Saag, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Alabama en Birmingham.
La sífilis es una enfermedad bacteriana que aparece en forma de llagas en los genitales, pero que puede acabar provocando síntomas graves y la muerte si no es atendida.
Las infecciones nuevas de sífilis disminuyeron drásticamente en Estados Unidos a partir de la década de 1940, cuando se generalizó la disponibilidad de antibióticos. En 1998 cayeron a su nivel más bajo, al reportarse menos de 7.000 casos nuevos a nivel nacional. Los CDC se sintieron tan alentados por los avances que lanzaron un plan para erradicar la sífilis en el país.
Pero en 2002 los casos empezaron a subir de nuevo, sobre todo entre los hombres homosexuales y bisexuales, y siguieron aumentando. A finales de 2013, los CDC pusieron fin a su campaña de erradicación de la enfermedad ante la limitación de fondos y el incremento de los casos, que ese año superaron 17.000.
Para 2020, los casos de sífilis habían alcanzado casi 41.700, y el año pasado se dispararon aún más, hasta superar 52.000.
La tasa de casos también ha aumentado, alcanzando unos 16 por cada 100.000 personas en 2021. Es la más alta en tres décadas.
Las tasas son más altas entre los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, y entre las personas de raza negra, los hispanos y los indígenas estadounidenses. Aunque la tasa de las mujeres es menor que la de los hombres, las autoridades señalaron que ha estado aumentando de forma más drástica: aproximadamente 50% el año pasado.
Eso está relacionado con otro problema: El aumento de la sífilis congénita, en la que las madres infectadas transmiten la enfermedad a sus bebés, lo que puede provocar la muerte del niño o problemas de salud como la sordera y la ceguera. Los casos anuales de sífilis congénita eran sólo unos 300 hace una década, pero en 2021 aumentaron a casi 2.700. De la cifra del año pasado, 211 fueron mortinatos o muertes infantiles, dijo Mena.
El aumento de la sífilis y otras ETS puede tener varias causas, según los expertos. Las pruebas y las medidas de prevención se han visto obstaculizadas por años de financiamiento inadecuado, y la propagación puede haber empeorado —especialmente durante la pandemia de COVID-19— debido al retraso en el diagnóstico y el tratamiento. El consumo de drogas y alcohol puede haber contribuido a un comportamiento sexual riesgoso. El uso del condón ha estado disminuyendo.
Y es posible que se haya producido un aumento de la actividad sexual al salir las personas de los confinamientos implementados por el coronavirus.
“La gente se siente liberada”, dijo Saag.
La llegada de la viruela símica añadió una gran carga adicional. Los CDC enviaron recientemente una carta a los departamentos de salud estatales y locales en la que decían que sus recursos para el VIH y las ETS podían utilizarse para combatir el brote de viruela símica. Pero algunos expertos dicen que el gobierno debe proporcionar más fondos para el trabajo con las ETS, no desviarlos.
El grupo de Harvey y algunas otras organizaciones de salud pública están impulsando una propuesta para obtener más fondos federales, incluyendo al menos 500 millones de dólares para las clínicas que atienden las ETS.
Mena, que el año pasado se convirtió en director de la División de Prevención de ETS de los CDC, pidió que se redujera la estigmatización hacia los infectados, se ampliaran los servicios de detección y tratamiento, y se apoyara el desarrollo y la accesibilidad de las pruebas a domicilio.
“Visualizo un día en que el hacerse una prueba (de ETS) sea tan sencillo y asequible como hacerse una prueba de embarazo en casa”, comentó.
Con información de AP