Varios sobrevivientes huían de Mariúpol en Ucrania, ofreciendo espeluznantes relatos de unos de los más brutales asedios urbanos en la historia moderna y denunciando que las fuerzas rusas habían destruido su ciudad.
“Ya no queda ciudad”, dijo llorando Marina Galla, una de las mujeres evacuadas, a bordo de un atestado tren que entraba a Lviv, una ciudad del oeste de Ucrania.
Algunos de los sobrevivientes salieron tan rápido que llevan consigo apenas sus pertenencias más esenciales, y sin poder avisarle a familiares.
Aun cuando finalmente salieron de Mariúpol, con la intención de ir en tren a ciudades más al oeste, soldados rusos en puntos de control les hacían una sugerencia espeluznante: mejor vayan a Melitopol, ciudad que está bajo ocupación rusa o a la Península Crimea, cla ual Rusia se anexionó.
Con información de AP