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Opinión Frontal

¿Cómo votar cuando ningún candidato te convence?

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Jaime Uriel Lugo Valdivia

Todos conocemos a alguien que tiene su credencial para votar pero que pocas veces se ha parado a una casilla a emitir su voto, ¿Por qué pasa esto? Muchas veces el creciente desencanto de las figuras políticas de nuestro país puede mutar a en un pesimismo por la democracia. No todos comprenden la gran importancia del derecho y la capacidad del voto, que es ni más ni menos, que la capacidad individual de decidir sobre el futuro del país. Muchos pesimistas de la democracia pensarán que ejercerlo es un acto más bien simbólico y que su efecto es, a la postre, insignificante y terminan por decidirse por no votar.

Sólo las personas que militan en algún partido o que tienen vínculos directos con algún candidato tienen certeza de por quién van a votar, por otra parte, nosotros los que no militamos, y que aparte, vemos por el noticiero como día a día los políticos se meten en escándalos de corrupción, de violencia de género, que tienen vínculos con el crimen organizado, o que simplemente son unos ignorantes que constantemente se están poniendo en ridículo por lógica, nos veremos repelidos por su imagen pública y con toda razón dudaremos de su capacidad y legitimidad para gobernar.

Comprendida la situación de que muchas veces ninguno de los candidatos elegibles para los cargos de decisión pública puede ser figuras con una legitimidad sólida, usted, el votante, puede tomar en cuenta las siguientes alternativas para emitir su voto el día de elección y participar de manera consiente en la vida democrática de México, avisándole únicamente que cualquiera de estas opciones requiere que usted haga ejercicio a conciencia de su contexto político, que no es más que tomar su teléfono y hacer unas cuántas búsquedas en internet.

La primera alternativa es que emita su voto en función de su ideología:

Puede que la figura de un candidato no le resulte confiable o simplemente no sea de su agrado, sin embargo, debe usted recordar que este es el representante de un partido político y que todo partido político tiene una declaración de principios que seguirá siempre una ideología particular, que dictará las decisiones de sus representantes una vez se encuentren en los puestos de decisión.

Si usted tiene una opinión formada acerca de los temas importantes de discusión, como las políticas de seguridad pública, el manejo de los recursos de salud, el manejo de las finanzas públicas, las inversiones en infraestructura, las políticas de combate a la pobreza, la despenalización del aborto, el matrimonio igualitarios, etcétera, usted puede emitir su voto por el partido que tenga propuestas más allegadas a su opinión personal, lo cual puede implicar o no, votar por un candidato que no es su total agrado.

La segunda alternativa es que emita su voto para crear contrapesos

Nos encontramos en un sexenio en el que el efecto del voto creó una mayoría contundente en la gran mayoría de los cuerpos de gobierno, por ejemplo, el congreso de la unión, en ambas cámaras, se conforma por una mayoría aplastante del partido Movimiento Regeneración Nacional, lo cual en un principio no tiene nada de malo, sin embargo el ejemplo histórico de nuestro país explica que el tener a un solo partido con la mayoría absoluta en los congresos puede tener una serie de implicaciones que se generan a partir de la sobre representación de una sola voz, que haga y deshaga a voluntad de un partido y de una figura altamente popular.

Por lo cual, si usted no está convencido por la ideología de ningún partido, puede entonces, darle su voto a un partido y un representante que apoye al contrapeso de las opiniones hegemónicas del partido mayoritario, es decir, votar a los partidos más pequeños que piensen diferente al partido mayoritario, esto es aplicable tanto a nivel municipal como a nivel federal.

La tercera alternativa es que emita el voto en la eliminación del menos malo

Resulta un tanto desalentador que esta sea una de las maneras más comunes en la que aquellos que somos apartidistas nos terminemos en decidir por quién vamos a votar, lastimosamente esa es nuestra realidad inmediata, no decidir quién es el mejor, si no quien es el menos malo, puede ser un filtro no muy ajeno para algunos.

Usted puede contrastar el historial de los de sus candidatos locales y la historia del partido al que pertenezcan, sumado a ello, puede informarse sobre sus propuestas de política pública y si estas suenan realistas o no, puede investigar si en el historial de los partidos hay escándalos de corrupción, de acoso o de faltas a los reglamentos electorales, si tienen nexos con el crimen organizado y demás preguntas que le sean pertinentes.

En conclusión, recuerde usted y tenga presente, que anular su voto o simplemente no ir a la urna el día de la elección no apoya a nadie más que al partido mayoritario, entonces, si es usted un pesimista de la democracia, debe usted comprender que está creando una profecía autocumplida, porque al negar su voto, lo que apoya a construir es precisamente eso, una democracia frágil.

Su opinión es importante, piense usted que, si viviéramos en país en el que se le prohibiera votar, muy probablemente usted estaría interesado en votar, recuerde que hemos pasado un largo camino para legar a la poca, mucha estabilidad institucional que nos permite ejercer de manera legítima el derecho al voto, así que el día de las elecciones vaya y participe en la vida democrática del país.  

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