Por Ricardo Sánchez García @RicSánchezGa
El Festival San Luis en Primavera es sin duda un espacio importante para las y los potosinos, pues brinda la oportunidad de ver a cantidad sobresalientede artistas relevantes en el escenario.
El Festival es también una rebatinga en el uso de recursos públicos, toda vez que para poder desarrollarse se requiere un soporte técnico a costo del erario. Para el buen desarrollo del mismo, se implementa una estrategia, que permitirá brillen cada uno de los cantantes, músicos, actores, cuentacuentosy demás que con el trazo de sus cuerpos se desplazan con la encomienda de emocionar al concurrido público.
A ese vaivén de personajes del arte le respalda, a manera garantista, un equipo de recursos humanos en el anonimato, pues sabemos, tras bambalinas, valiosas personas se dan a la tarea de arropar el antes y después de cada presentación. Esto sin duda, tiene un importante mérito en cada una de los y las trabajadoras al servicio del H. Ayuntamiento.
El Festival requiere contrataciones especiales, lo que se convierte en un suculento botín para prestadores de servicios, quienes, aunque eventuales, esperan la fecha para desarrollar sus fines empresariales.
Pese a la indiscutible calidad de los artistas invitados, este Festival ha estado plagado de fallas humanas en el tema de ingeniería de luz y sonido. Esto, afortunadamente no ha sido factor para demeritar la calidad de las personas en escena, quienes han tenido que echar recursos a su experiencia, para que el show continúe ante el exigente público.
Gracias a las llamadas “tablas” y dominio de escenario, la Sonora Santanera, Nortec, Trío Imperial y la mismísima Filippa Giordano, tuvieron constantes batallas con el microfoneo e iluminación. Artistas en ocasiones fueron oídos como kareoke hasta que se vieron interrumpidos por el chiflido y los acalorados gritos del público.
No es suficiente el discurso escuchado en palabras del Staf, quienes aseguran “el público entiende que esto es en vivo y comprende que así son las cosas”. Habría que conocer las exigencias de los artistas, quienes asumen que cada elemento debe cumplir profesionalmente su rol, para que el show sea de calidad.
En el trasfondo y tras bambalinas, no deja de asomarse el fantasma de la Corrupción, pues al contratar empresas de no reconocida trayectoria en el ámbito, se presume el compadrazgo y desvío de recursos públicos a favor de unos cuántos. El problema es cuando “esos cuantos” son aprendices en el área para la que fueron contratados.
Enrique Galindo Cevallos debe explicar los contratos de personal extra, personas físicas con actividad empresarial y empresas, así como publicar las cantidades de dinero erogadas para cada una de las mismas y también exponer los costos de contratación de artistas locales o foráneos.
Lo anterior, sin olvidar que muchos testimonios afirman sobre administraciones pasadas, que los gobiernos municipales no pagan puntualmente, retrasan los honorarios hasta un semestre e incluso, muchas se van sin liquidar sus deudas, derivadas de contrataciones para este tipo de eventos.
En la Capital del SÍ no cabe el NO, ante esta solicitud de máxima publicidad y transparencia.
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LIC. RICARDO SÁNCHEZ GARCÍA
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@RicSánchezGa