Por Juan El Inquisidor
¡Hoy la hoguera de esta Santa Inquisición se enciende! Entramos a juicio y de ahora no habrá quien nos detenga.
Esta opinión, a veces satírica y socarrona, no tiene la misión de que te rías lectora, lector o lectore, más bien buscará que a través de los resbalones del poder y de sus oscuros recovecos, reflexiones con humor negro de todo aquello que nos preocupa a muchas, muchos, muches.
Dicho esto, ¡que pase al banquillo el primer acusado!
AMLO Y SU ABSURDA OBSESIÓN
Lucho por no enjuiciarlo en redes sociales, pero es imposible no hacerlo. Este hereje, que merece ser juzgado por esta Santa Inquisición no sólo por fomentar una división absurda entre todas, todos y todes, sino por seguir pensando que en este ex Virreinato (llamado México) solo hay de dos: apoyarlo u odiarlo, una obsesión que marca su vida, su mandato y sus ideales políticos.
Esta semana al Presidente se le olvidaron los motivos por los que los padres de los estudiantes desaparecidos de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, le exigen cumplir los compromisos que SÍ hizo a finales de septiembre de 2018. Hace casi seis años, cuando aún era Presidente Electo, AMLO se reunió en el Museo Memoria y Tolerancia con los mismos a los que ahora acusa de tener grupos de derecha montados en el caso.
Más allá de lo ineficaz que sigue siendo el Estado para esclarecer esta dolorsa marca que dejó Enrique Peña Nieto durante su administración, López Obrador sigue montado sin decirlo en “la verdad histórica” que vendió el entonces procurador de la República Jesús Murillo Karam, con todas las pruebas de dudosa procedencia que integró Tomás Zerón, el tristemente célebre Director de la Agencia de Investigación Criminal (y hoy refugiado en Israel, donde se come unos tacos de carnitas a la salud de todas, todos y todes).
Lo lamentable y por lo que merecería la hoguera, no solo es por ahora darles la espalda a las víctimas y sus familias, sino por desestimar de una u otra forma la verdad que sí está investigada por el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI), que una y otra vez le han dicho a Peña Nieto y a AMLO que “todas las corporaciones del Estado” participaron en la desaparición de los jóvenes con “distintos niveles de responsabilidad”.
Mientras el Ejército, uno de los principales señalados al respecto, tenga el respaldo ciego de los gobernantes y el caso solo tenga movimiento mediático mientras los padres hagan algo para que esto no se olvide, la desaparición solo quedará como una anécdota oscura en la vida de este país.
Por cierto, ¿alguien sabe qué pasó con Epigmenio Ibarra y su “pase de lista”? Bien dicen que pueden más 150 millones de pesos y un hueso, que la verdad.
8M: LA VENTA ANUAL DE INTENCIONES
Y antes de que se mal interprete. En esta columna somos feministas, apoyamos la sororidad y obvio, promovemos la equidad de género.
Aquí el tema principal es cómo las y los gobernantes y ahora candidat@s a la Presidencia de la República, utilizan el tema para traer agua a su molino, politizando el día, pero sin dar soluciones el restante de los 364 días (365, si es bisiesto). Ninguna, ninguno y ningune tiene la menor intención de hacer cosas que puedan contravenir lo pactado con antelación.
Voy a poner un ejemplo. Cada año, se sataniza la forma en que los bloques negros de la marcha hacen pintas y “destrozos” (sí, léase entrecomillado) durante las manifestaciones, principalmente en la Ciudad de México. Los progresistas “cuidan las calles” con vallas metálicas en un intento inútil de que la ciudad siga bonita, mientras el tema para el lunes ya fue historia.
¡No herejes! Marzo no es el mes para hablar del feminicidio y los derechos ganados, más no garantizados, de las mujeres. No es el mes para hablar de las mujeres que destacan o para juzgar el poco avance anual que se tiene en materia de igualdad. Esto debe ser todo el año. Debe ser parte de la agenda real, no retórica, del Estado y de sus gobernantes, pero también de las empresas que hoy nos van a salpicar de logros insuficientes en materia de igualdad.
No sé tú, pero yo preferiría que en lugar de proteger monumentos, mejor protegieran y garantizaran que mi mamá, mis hermanas, mis amigas, mis tías, mis conocidas, mis desconocidas, mis hijas, todas, llegaran sanas y salvas todos los días; es más, que ni siquiera fuera un tema que se tocara a nivel social.
PREGUNTA DE LA SEMANA
Querida lectora, lector, lectore, quizá la reflexión no venga desde arriba del poder, sino desde sus gobernad@s, ¿qué haces tú para que desde las microdecisiones tengamos hoy un México más justo e igualitario?
Hablemos, sígueme en mi cuenta de X aquí.