En San Luis Potosí se avecinan una elección muy importante ante el cambio de la gubernatura, las 27 diputaciones locales, siete diputaciones federales, 58 municipios donde se renovarán 64 sindicaturas y 387 regidurías; en el caso de las y los aspirantes a la gubernatura, sus intereses y posibles propuestas ya han sido de conocimiento público en un periodo de precampañas, y hay que decir que son actos anticipados de campaña sin que haya intervenido la autoridad correspondiente (CEEPAC).
Ante la contingencia sanitaria, nos damos cuenta que sin duda alguna serán unas elecciones diferentes, puesto que se deben tomar las medidas necesarias para evitar contagios masivos y grandes concentraciones de personas. En esta situación empezamos a ver como se juega con las necesidades de la población con un alto nivel de marginación; se ofrecen promesas y ‘’propuestas’’ con tal de atraer al electorado, por mencionar una en particular: el Partido Verde a través de su precandidato Ricardo Gallardo, ofrece transporte gratuito a estudiantes y tanques de oxígeno a los convalecientes del COVID.
Respecto de los tanques de oxígeno, tenemos la duda del costo que representa para el partido y si es permitido por las normas electorales realizar estas erogaciones del presupuesto que reciben, pues estas prácticas hacen gala de una clara intención para atraer votos.
Es inmoral jugar con las necesidades básicas de la población al ofrecer algo que no sabemos si pueda ser viable. Además, presentar este tipo de acciones sin apegarse a rutas más adecuadas, como bien puede ser el plan estratégico, económico, legislativo y ejecutivo que se tiene que llevar a cabo.
Sumado a lo anterior, la oferta del acceso gratuito al transporte público resulta puramente en un medio de seducción para el electorado universitario, ya que dicha propuesta no ha sido, una vez más, presentada de manera adecuada. Fue presentada sin planeación alguna respecto del impacto a los ingresos públicos, lo que hace cuestionar su veracidad y viabilidad.
Se acercan las elecciones y es claro que las y los precandidatos buscan seducir al electorado, de nosotros dependerá exigir que el plan de gobierno que presenten sea examinado de tal forma que beneficie a nuestra entidad federativa y que, en caso de propuestas sin un riguroso análisis, como quitar impuestos, que sólo dañarían a la Administración Pública y por ende afectar los distintos servicios de las dependencias.
Nos debemos una cultura de cero tolerancia hacia la demagogia de los aspirantes, el ya no aplaudir sin cuestionar las propuestas de los candidatos, sin la existencia de políticas públicas que resuelvan las problemáticas que nos atañen en cuestiones sociales, económicas, educativas, seguridad pública, entre otras, y sean rutas concretas y reales. No podemos confiar ciegamente en que todas las propuestas sean un proyecto de gobierno alcanzable. Actualmente existe una demanda de primera necesidad ante la emergencia que se suscita en el país, y la inmoralidad de ofrecer tanques a personas en lugar de fortalecer el desempeño institucional donándolos a los hospitales, no es más que demagogia.