Columna Tlachia- Pluma Invitada
Oscar Rivera – Unión Joven
He estado acostumbrado a callar cuando de política se habla. Mis padres me educaron para ser una persona pacífica y para ellos serlo significa no meterse en esos temas; me he cansado de contestar a la pregunta “¿Qué estás estudiando?” Pues siempre que doy respuesta, inmediatamente se origina una cara de disgusto y desaprobación en la persona que me ha hecho el cuestionamiento y por obviedad ya no quieren saber más. Es claro que eso me molesta porque no pasaría si contestara cualquier otra carrera. Estamos catalogados como “ladrones” desde el segundo uno en que decidimos prepararnos para ser servidores públicos, que ironía pues el motivo para mí fue todo lo contrario.
Situación actual, visión panorámica propia
La juventud huasteca es quizás la menos tomada en cuenta para tratar esos temas, ya que hemos sido ignorados durante mucho tiempo. Carentes de posibilidades, en su mayoría, hemos optado por soluciones alternas a nuestros principales problemas públicos tales como seguridad, salud, educación, vivienda, desarrollo rural, economía etc.
La unión que hemos forjado ha sido mayor a la de muchos lugares en el estado, porque así mismo nos hemos criado; los problemas externos se quedaban como eso, “externos”, pues no llegaban a afectarnos directamente, debido a nuestro comportamiento solidario; quién ha visitado algún municipio o comunidad huasteca no me dejará mentir, siempre habrá quién te brinde techo y comida caliente.
Todo cambia y cada vez más, la civilización nos ha traído muchas cosas buenas, como más servicios y mejores condiciones de vida aparentemente, pero también trajo consigo muchas situaciones que antes no se vivían aquí: la inseguridad nos ha rebasado, el sector salud se ha vuelto pequeño comparado con el que deberíamos tener, los caminos y calles entre comunidades cada vez son más difíciles de transitar, la educación deja mucho que desear desde un nivel medio superior hacia adelante, esto debido a que no hay escuelas accesibles en todos los municipios, provocando que si un joven huasteco quiere seguir preparándose, muy probablemente tenga que trasladarse y/o vivir en otra parte. La economía se ha mantenido como desde hace años, sin tener la remota idea de lo que es equidad. La finalidad de exponer todas estas situaciones es para tener el contexto de por qué las personas, en esta hermosa zona potosina no están conformes con los gobiernos y los políticos, ya que no hablan sobre lo que podría hacerse, puesto que lo ven muy lejano.
Aquí el tiempo pasa más lento y de cierta forma se vive con más carencias que en la capital, pero si le das un giro a ese enfoque, todo puede ser mucho mejor; con poco hacemos mucho, y si no hay nada, entonces nos tenemos a nosotros, ese es el motivo por el cual debería haber más participación de la huasteca en el poder, reconocer los principales puntos fuertes y débiles, así como también las necesidades prioritarias, es algo de lo que estamos conscientes, ya que no puede venir cualquiera a decirnos que es lo que necesitamos, así no van las cosas por aquí. La huasteca puede, por que la huasteca lo tiene todo.
Etapa de cambio
Soy consciente de que cambiar la mentalidad y recobrar la confianza que se tiene en los políticos es casi imposible, pero aun así estoy dispuesto a poner todo lo que haga falta para generar ese cambio en mi círculo social, en mi comunidad, en mi municipio; somos miles de jóvenes que tenemos hoy una gran responsabilidad, que quizás no tendría que recaer en nosotros solamente, pero la tomamos, y, con la frente bien en alto, me enorgullece decir que he conocido personas increíbles las cuales a su corta edad ya están haciendo lo que los adultos por miedo y conveniencia no se atreven, el mañana se llenará de personas brillantes que darán el ejemplo a nuevas generaciones y eso no es una promesa en vano.