Policía feminicida
Victoria Salazar mujer migrante salvadoreña, madre de dos hijas, fue asfixiada por policías municipales en Tulum, Quintana Roo el pasado domingo.
Sin duda alguna la brutalidad policiaca, como efecto de laspolíticas de seguridad pública, que considera que se “altera el orden público por beber en la calle”, no debe jamásjustificar, en ninguna circunstancia, la violencia innecesaria en contra de cualquier persona. Sin embargo, sabemos que las policías en México, más allá de los reclamos cotidianos de si nos cuidan y protegen debidamente, están la mayor parte de las veces involucradas en el rompimiento de los códigos éticos y morales, y de los protocolos que debe regir su conducta. Es, desde mi punto de vista, justo lo que ocurrió en el caso de Victoria Salazar, la ausencia en el buenmanejo de los protocolos para detener a una persona, pero sobre todo al uso desmedido de la violencia en contra de una mujer; es este hecho el que nos desconcierta a todas y todos y nos obliga a denunciar a quienes se supone deben cuidar a la ciudadanía.
La reacción de Nayb Bukele, presidente de El Salvador,“Solo pedimos justicia. Que a los que hicieron esto les caiga todo el peso de la ley”; del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo gobierno ha permitido y apoyado a las y los migrantes a través que circulan por el país, quien externó“Fue brutalmente tratada y asesinada. Es un hecho que nos llena de pena, dolor y vergüenza” aseguró que no habrá impunidad; y de lo externado por la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, quien en un comunicado el domingo mencionó que se “Inició una carpeta de investigación relacionada al homicidio en agravio de una víctima de identidad reservada”, no debe impedir que todos los ciudadanos hagamos nuestro propio reclamo y exijamos justicia.
En ninguna parte del mundo debe pasar esto, y debemos estar atentos para que nunca le ocurra a ningún mexicano nia ningún migrante, porque eso atenta contra el buen Estado de Derecho que merecemos todos los ciudadanos del mundo. No hay que olvidar que los migrantes son un grupo en situación vulnerable( según datos de la ONU en 2019 en Mexico residen 1.060.707 migrantes), ya que pueden residir en una forma no regulada y por lo tanto no tienen los mismos derechos ni obligaciones que todas y todos, muchos de ellos se encuentran en situaciones de riesgo sanitario, prejuicios raciales, conflictos y diferencias lingüísticas que no permite un suelo igualitario; las personas migrantes al estar en suelo mexicano, deben tener todas las protecciones jurídicas nacionales e internacionales.
En San Luis Potosí de hecho existe la casa del migrante y programas sociales asistenciales hacia ellos; no hay que dejar de lado que se trata de los derechos humanos que son reconocidos universalmente en el artículo primero de nuestra Constitución federal y en Ley de Migración, en la cual se establece explícitamente que tienen derecho a la libertad de tránsito y a la seguridad. Con hechos como el ocurrido en Tulum, es imposible no pensar que la mayoría de las policía de México no nos protege, es corrupta, violenta y contraria a cualquier régimen de derecho. El mismo coraje que sentimos nosotros ante la discriminación que sufren los mexicanos en Estados Unidos, es la misma indignación que ahora vive el pueblo salvadoreño.