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Violencia política contra la mujer joven

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Desde de la conformación del Estado en México la mujer no tuvo un espacio  de participación política y se pensó que su sitio natural era en el hogar. Hay mujeres que tuvieron participación importante en las transformaciones de nuestro país, por ejemplo en la independencia y en la revolución, pero no obtuvieron un reconocimiento ni visibilidad como el que obtuvieron los hombres. A pesar que logramos el derecho al sufragio efectivo como mujeres en 1955 (50% de la población en ese periodo eran mujeres), nuestros derechos políticos no fueron garantizados completamente y sólo a largo del tiempo, y a partir de diversas iniciativas legislativas, nos damos cuenta que a pesar de los cambios no hay un suelo igualitario y equitativo para las mujeres que se manifiesta en nuestro día a día.

Es por ello que expondré lo siguiente. Dos de los mayores canceres de México son el machismo y misoginia, que permean las distintas esferas de nuestro país en los aspectos cotidianos como lo laboral, educativo, doméstico, social y político así como en nuestras costumbres y tradiciones, sin embargo uno de los espacios donde existe violencia y abuso de poder contra la mujer es en el de la Administración Pública. Aunque la violencia política contra las mujeres se encuentra inscrita en las normas electorales, desde mi punto de vista el término también debe ser usado en el espacio del ejercicio del poder. En los espacios de toma de decisión lo que vivimos día a día las mujeres está permeado de machismo y misoginia por parte de servidores públicos. Aunque ya existen mecanismos para denunciar dichos actos no existen protocolos normativos (se podrían elaborar procedimientos específicos para los tres órdenes de gobierno y los poderes), ni muchos menos éticos y morales, que impidan la reproducción de violencia contra las mujeres.

Al ser mujer y joven te encuentras más expuesta a actos de acoso, hostigamiento y abuso de poder, además al participar o estar en el medio político no vemos solidaridad y respeto, ni la seriedad de nuestras aportaciones, exigimos la visibilidad del reconocimiento de nuestros méritos y no formas de aprovecharse. Por ello necesitamos que las mujeres que estemos en política denunciemos cualquier acto de machismo, misoginia, abuso de poder y formas de presión. Las mujeres debemos construir una nueva forma de hacer política que impida la subordinación y manipulación por parte de los hombres, y que esto a su vez abra paso a una nueva generación de mujeres que tenga cero tolerancia de estos actosy que nuestro aporte cambie la cultura política de nuestro país.

Las mujeres debemos construir un capital político propio, espacios de empoderamiento económico, crecimiento social yrelaciones necesarias y equitativas, así como la profesionalización del servicio público que permita crear las políticas públicas con perspectiva de género, y con ello que nuestras voces sean escuchadas y empoderemos a más mujeres. Nosotras debemos crear redes de empoderamiento y permitir que más mujeres incidan en los espacios de participación y ejercicio del poder.

El cambio de generación debe ser a favor de mujeres comprometidas con nuestros ideales y convicción, con exigir el reconocimiento de nuestra participación en la historia y en la construcción de una nueva ética y moral profesional para el futuro de las mujeres.

Las mujeres en México estamos echadas para adelante, estamos en pie de lucha constante contra el machismo y la misoginia y contra todo lo que se oponga a una verdadera democracia inclusiva feminista.

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