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Combate la obesidad, antes de que derive en otras enfermedades

México lamentablemente ocupa el primer lugar en obesidad a nivel mundial

La obesidad es una enfermedad crónica que puede producirse por factores que van desde aspectos genéticos y ambientales, pasando por el estilo de vida. Ocurre cuando la ingesta de calorías excede al gasto energético, lo que ocasiona aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende, ganancia de peso.

Tipos de obesidad

Existen tres tipos de obesidad y se definen por grados: I, II y III. El belga Adolphe Quételet fue pionero en crear y validar medidas matemáticas para la obesidad. Sugirió que la razón del peso dividido entre el cuadrado de la talla podía utilizarse como medida de la obesidad, corregida para la estatura, dando como resultado el Índice de Masa Corporal (IMC). En otras palabras:

Un estilo de vida saludable y el control de peso previenen la obesidad.

Esta fórmula ha demostrado ser un indicador confiable para registrar los riesgos atribuibles a la obesidad y se clasifica en:

Daños a la salud

En el adulto, la obesidad es el principal factor de riesgo para el desarrollo de Diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares (en especial cardiopatías y accidentes cerebrovasculares), hipertensión arterial, dislipidemias, enfermedades osteoarticulares y ciertos tipos de cáncer como el de mama y próstata.

En niños se vincula con enfermedades crónicas al llegar a la edad adulta, pero también que su calidad de vida se vea afectada a corta edad.

Relación con la diabetes

La obesidad infantil y/o en la adolescencia es un antecedente común, un número considerable de casos tienen varios familiares afectados por la diabetes.

Un alto porcentaje de los casos con Diabetes tipo 2 tiene características que permiten su identificación antes de la aparición de la hiperglucemia (niveles altos de glucosa), como el padecer obesidad, lo que facilitaría la prevención de la enfermedad.

Combatiendo a la obesidad

Es importante iniciar una dieta saludable desde los primeros años de vida y mantenerla. Se debe proteger, promover y apoyar la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida e introducir, a partir de esa edad, alimentos frescos y locales a la dieta del bebé.

Se debe favorecer el consumo de alimentos frescos, como frutas y verduras, cereales de granos enteros, leguminosas y semillas. Dar preferencia a alimentos producidos localmente y que son parte de la dieta tradicional mexicana saludable.

Por otro lado, se debe moderar el consumo de alimentos de origen animal y disminuir el consumo de harinas refinadas, grasas, especialmente las saturadas, y carne roja, evitar el consumo de alimentos procesados, bebidas azucaradas y carnes procesadas.

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