El magnate ya despidió a tres ejecutivos jerárquicos de la red social
Elon Musk ha tomado el control de Twitter después de una larga batalla legal y meses de incertidumbre. La pregunta ahora es qué hará realmente el multimillonario director ejecutivo de Tesla con la plataforma de redes sociales.
La compra por 44.000 millones de dólares significa que Twitter se está convirtiendo en una empresa en que los inversores cotidianos ya no podrán comprar acciones. La Bolsa de Valores de Nueva York suspendió la cotización de las acciones de la empresa el viernes, y las acciones dejarán de cotizar el 8 de noviembre, según una formulación ante los reguladores de valores.
Musk despidió a tres ejecutivos jerárquicos de Twitter el jueves, de acuerdo con dos personas familiarizadas con el trato. Se esperaba una reorganización de este tipo, pero Musk ha hecho declaraciones contradictorias sobre su visión de la empresa, y ha sido parco en la información acerca de cómo la administrará.
Usuarios, anunciantes y empleados de Twitter analizan cada uno de sus movimientos en un esfuerzo por adivinar a dónde podría llevar a la compañía. Muchos buscan ver si acogerá de vuelta a varias figuras conservadoras influyentes que fueron vetadas por haber violado las reglas de Twitter, conjeturas que sólo aumentan con las próximas elecciones en Brasil, Estados Unidos y otros lugares.
“Estaré profundizando más hoy”, tuiteó el viernes temprano, en respuesta a un podcaster político conservador que se quejó de que la plataforma favorece a los políticos de centroizquierda y en secreto acalla a los de derechas. El expresidente estadounidense Donald Trump se encuentra entre los que han sido vetados. Al igual que su aliado Roger Stone, quien escribió en Telegram que estaba “esperando pacientemente para recuperar mi voz”.
En las horas posteriores a la toma de posesión de Musk, figuras conservadoras del sitio también comenzaron a difundir teorías de conspiración desacreditadas durante mucho tiempo, incluso sobre COVID-19 y las elecciones de 2020, en un intento irónico de “probar” si las políticas de Twitter sobre desinformación seguían siendo válidas. Comentaristas populares de derecha tuitearon palabras como “ivermectina” y “Trump ganó” para ver si serían sancionados por el contenido que sugirieron que se habría censurado previamente.
Con información de AP