#Salud| Los factores de riesgo se atribuyen a la inactividad física, una dieta alta en grasas saturadas, en algunos casos posterior a un embarazo, la falta de sueño, entre otros
México: La obesidad suele ser consecuencia del consumo excesivo de calorías y de la poca o nula actividad física, lo cual aumenta el riesgo de padecer múltiples enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías y ciertos tipos de cáncer.
El organismo utiliza las calorías como energía, sin embargo, el exceso de éstas se almacena en forma de grasa, por lo que el número de calorías que requiere una persona varía de acuerdo a la edad, sexo y la actividad física que realiza todos los días.
Los factores de riesgo para la obesidad se atribuyen a la inactividad física, una dieta dieta alta en grasas saturadas, en algunos casos posterior a un embarazo, la falta de sueño, entre otros.
Aunque no lo parezca, la privación o la falta de sueño hacen que las personas presenten cambios hormonales lo cual aumenta el apetito y los antojos por alimentos de alto contenido energético o graso.
La obesidad aumenta el riesgo de padecer trastornos como: niveles elevados de colesterol, hipertensión arterial, en enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, cáncer de mama, útero, ovarios, colon, próstata, depresión, ansiedad, síndrome metabólico, entre otros.
El síndrome metabólico se caracteriza por el exceso de grasa abdominal, por la resistencia a los efectos de la insulina, concentraciones hemáticas de grasa anormales e hipertensión arterial, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.
Este síndrome es más común en personas que almacenan el exceso de grasa alrededor del abdomen, de acuerdo con los especialistas, la circunferencia de la cintura no debe exceder los 80 cm para las mujeres y los 94 cm en el caso de los varones.
Además, puede traer consecuencias a la salud como la enfermedad arterial coronaria, hipertensión arterial, diabetes de tipo 2, hígado graso, síndrome del ovario poliquístico, enfermedad renal crónica, entre otros.
Tanto la obesidad como el síndrome metabólico son prevenibles mediante un estilo de vida saludable, en donde se incluya una dieta baja en grasas saturadas y ejercicio, además se debe evitar el estrés, el insomnio y se recomienda ir con un especialista para llevar una dieta específica a las necesidades de cada persona.