Una estudiante universitaria desarrolló u. proyecto para el rescate de la medicina tradicional chiapaneca.
A varios años de la llegada de la globalización, los límites que diferencian a las culturas se han ido disipando. No obstante, el problema de ello no es el sincretismo con el que se relacionan tradiciones en un principio ajenas, sino la hegemonía que unas tienen sobre otras, como ocurre en Comitán de Domínguez, Chiapas, municipio que vive este fenómeno a través de la medicina tradicional, la cual está en riesgo de desaparecer sin ningún documento de registro y ante la llegada de plantas de otros países.
Consciente de la problemática, Mali Itzel Morales Ruiz, estudiante de la licenciatura de Química Industrial y originaria de Comitán, asesorada por los químicos Brígida del Carmen Camacho Ruiz y Mario Arturo Morales Delgado, académicos de la Facultad, decidió crear un catálogo de las 27 plantas medicinales que utilizan las parteras tradicionales de la comunidad tojolabal, grupo indígena que predomina en aquella región del sureste mexicano.
La base fundamental del proyecto es conservar los conocimientos de la medicina tradicional mexicana desde un sustento científico avalado por investigación documental y trabajo de campo. El herbario pretende mostrar la relación existente entre la comunidad y las plantas desde una perspectiva antropológica. Con los datos numéricos y sociales recopilados se busca que los tojolabales mejoren su calidad de vida al identificar y aprovechar los beneficios que cada especie les ofrece.
Primer acercamiento a la Comunidad
Los tojolabales habitan al norte y este de Comitán, cerca de la frontera con Guatemala, y forman parte de los grupos mayas que se organizaban a partir de una relación horizontal; es decir un poder ejercido por el Nosotros.
Precisamente, por la riqueza de su cultura, estos aspectos constituyeron una variable fundamental para la realización de la investigación de la universitaria, ya que dicha comunidad pone una barrera que los vuelve inaccesibles.
En entrevista, Mali mencionó que no fue fácil acceder a la población chiapaneca, en primera instancia, porque sus pobladores están acostumbrados a que los extranjeros se aprovechen de ellos. Así que para tener un acercamiento recurrió a la Autoridad (una persona legítima para el grupo tojolabal), en este caso representada por el doctor José Daniel López Bautista, quien se encargó de acercarla a las parteras.
Sin embargo, a pesar de ya ser conocida por esta sociedad, afirmó que el acceso a la información seguía siendo complicado. “Tuve algunos problemas porque soy muy joven. Estas personas ya son mujeres mayores, de aproximadamente 50 años, Me veían a mí y no me tomaban tan en serio. No podía llegar a extraer la información sin dar algo a cambio”, explicó.
Por tal motivo, brindó a las parteras una exposición sobre los jabones artesanales, conocimientos que adquirió con los químicos Camacho y Morales en la materia de Fitoquímica y que fueron de utilidad para las asistentes, ya que pudieron responder a sus dudas sobre los pesticidas en las plantas afectadas por las plagas de Centroamérica. Tras impartir este taller, las mujeres de la comunidad aceptaron la presencia de la universitaria, un importante logro que le permitió continuar con el proyecto.
De Chiapas al laboratorio
Una vez reconocida por los tojolabales, Mali llevó a cabo una encuesta para delimitar el grupo con que enfocaría la investigación. Durante este estudio obtuvo datos como el nombre, edad, género y grado escolar de los habitantes, a partir de los cuales determinó que las parteras serían parte del objeto de estudio, ya que son las que conservan todo el conocimiento de la medicina tradicional dado que han utilizado las plantas para aliviar los dolores en el proceso de alumbramiento.
Además, gracias al curso de Fitoquímica, en el que aprendió a seleccionar las especies en mejores condiciones, logró identificar las 27 especies endémicas y cinto tipos de semillas de la región, entre los cuales se encuentran la higuerilla, manzanilla, albahaca, hinojo, verbena, calahuala, chilcacuina, chaya, floripondio, timbre y cinconegrito, entre otros.
Otros de los conocimientos adquiridos en la FES Cuautitlán, útiles para el proyecto fueron los conocimientos adquiridos en el curso sobre el tipo de herborización, mediante el cual logró prensar las plantas para su correcto acomodo durante el traslado al Laboratorio de Botánica de FES Iztacala, donde actualmente se encuentran en proceso de identificación.
Así, con apoyo de la maestra María Patricia Jáquez Ríos, académica de FES Cuautitlán, será posible conocer, a través de un análisis macroscópico, microscópico y de quimiotaxonomía, el nombre científico de cada especie y verificar cuáles son endémicas de la región.
Además de detallar los beneficios de cada ejemplar y las enfermedades físicas que alivian, en el proyecto Mali se extiende a las características espirituales de cada planta. Ejemplo de ello, la albahaca, que puede aliviar el dolor del cuerpo por gripa o por “aire” y calentar la leche de la madre; asimismo, es conocida por curar una persona que está asustada.
“El conocimiento de nuestra gente se pierde por la falta de documentos escritos. Siempre se ha pasado de manera oral, pero no hay nada que preceda el conocimiento. Nosotros nada más somos compiladores de la información, los autores son la comunidad de Comitán, porque ellos son quienes nos están externando sus saberes”, afirmó la química Camacho.
Además de apoyar a la comunidad tojolabal, con este estudio se lograrían aportaciones importantes a la medicina, pues actualmente el 50 % de los fármacos se han obtenido de los metabolitos de las plantas medicinales, moléculas generadas durante el metabolismo que no es posible obtener en un experimento de laboratorio.
La medicina tradicional
Comprometidos con la sociedad, la investigación y los valores de la Universidad, el proyecto se manifiesta en contra de la biopiratería, práctica que consiste en explotar los conocimientos de una comunidad sin dar algo a cambio. Por tanto, tomando en cuenta a los indígenas, el catálogo se redacta en español y tojolabal.
Con una actitud de respeto hacia el pueblo tojolabal, será posible que la comunidad pueda acceder al resultado final de este proyecto que en un principio nació de sus propias aportaciones en la práctica herbolaria.
F1 La medicina tradicional sigue construyéndose, sigue viva, y sigue integrando todo aquello que le funciona”, apuntó el químico Morales.
F2 La preservación de la medicina tradicional abre un mundo de posibilidades, reconoce el valor de cada cultura de forma individual y en conjunto con otras, el sincretismo podría convertirse en un elemento que actúa en beneficio de una interacción positiva entre distintos pueblos.