#SALUD| Este padecimiento se desarrolla con mayor frecuencia en varones con edades comprendidas entre los cinco y los 10 años
México.- La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es una osteocondrosis, un grupo de trastornos de la placa de crecimiento de los huesos que ocurre cuando un niño está creciendo. Consiste en la destrucción de dicha placa, en el cuello del fémur, además en los pacientes pediátricos comporta la destrucción de la cadera.
De acuerdo con Frank Pessler, jefe de grupo de investigación en Brunswick, Alemania, este padecimiento se desarrolla con mayor frecuencia en varones con edades comprendidas entre los cinco y los 10 años. Asimismo, se puede producir a causa de una irrigación insuficiente de la placa superior de crecimiento del fémur, situada cerca de la articulación de la cadera.
Por lo anterior, el extremo del hueso del muslo colapsa dando lugar a una necrosis avascular u osteonecrosis. Otros problemas también pueden interrumpir la irrigación sanguínea a las placas de crecimiento e incluyen la enfermedad de células falciformes y la toma de corticosteroides.
Según Pessler, este trastorno puede ser asintomático, sin embargo, una lesión grave provoca una artritis permanente de la cadera que se manifiesta con dolor, el cual aumenta con el paso del tiempo, tiende a empeorar al mover la cadera o al caminar.
Algunos niños se quejan de dolor únicamente en la rodilla, finalmente, disminuye el movimiento articular y los músculos del muslo pierden fuerza por falta de uso.
El diagnóstico se confirma mediante radiografía, el objetivo de estas es descartar enfermedades hereditarias del esqueleto. En caso de que el médico necesite más información se puede solicitar una resonancia magnética, adicionalmente, se pueden llevar a cabo análisis de sangre para descartar otros trastornos.
Por último, el especialista menciona que el tratamiento debe incluir reposo prolongado en cama e inmovilización de cadera, para ello se utiliza un molde de yeso o una férula, aunque la elección del tratamiento depende de la edad del niño y de la cantidad de daño óseo. La fisioterapia es necesaria para evitar que los músculos se tensen y se atrofien.
Si el niño es mayor de seis años y presenta una destrucción ósea moderada o grave, la intervención quirúrgica puede ser beneficiosa, por otra parte, algunos medicamentos se utilizan para aumentar la densidad ósea.