#CULTURA| Los arqueólogos subacuáticos del INAH localizaron el velero en Quintana Roo
México.— Arqueólogos subacuáticos localizaron vestigios de un naufragio de más de 200 años en aguas de Quintana Roo, los cuales representan el pecio número 70 registrado por la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en esta reserva natural quintanarroense.
Laura Carrillo Márquez, investigadora de la SAS y responsable del Proyecto Banco Chinchorro, explica que fue en pasados meses cuando se realizó una primera jornada de inspección a fin de registrar, mediante dos sesiones de buceo, la localización en GPS del derrelicto (objeto abandonado en el mar) y hacer una inspección general del mismo.
En un comunicado, el INAH menciona que será en la segunda fase de trabajo, la cual se llevará cabo una vez que pase la contingencia sanitaria por el COVID-19, cuando los especialistas vuelvan a campo para levantar planos, ahondar en las características del contexto y quizá tomar algunas muestras para indagar en su temporalidad.
Por ahora, detalla la arqueóloga subacuática, es difícil hablar de las dimensiones del velero encontrado, de su cargamento u otros detalles, pues la zona en la que se ubica, al sureste de Banco Chinchorro, es compleja, “yace directamente en la barrera arrecifal donde la corriente marina es fuerte”.
Lo anterior, sumado a que el pecio (como se denomina al pedazo o resto de una nave que ha naufragado) está a escasos dos o tres metros de la superficie, hace que prácticamente no quede nada del casco de madera, pues el material orgánico de esa estructura se ha desintegrado con el paso de los siglos. Solamente permanecen los elementos sólidos, muy concrecionados al arrecife.
Carrillo enumeró algunos de los objetos registrados en el reconocimiento inicial: lingotes pig iron que se usaban como lastre, tubos, un cañón de aproximadamente 2.5 metros de largo y un ancla “almirantazgo”, término que designa a las guías que emitía el reino inglés para los fabricantes de éstas. Aunque algunos de los vestigios parecen indicar una filiación británica, la investigadora del INAH señala que esta hipótesis deberá ser corroborada o descartada mediante análisis que se harán meticulosamente, cuidando el equilibrio ambiental del sitio.