Ícono del sitio Frontal Noticias

Se necesitan acciones coordinadas para enfrentar pandemias

México y el mundo avanzan de manera importante en cuanto a estrategias para la producción y distribución de vacunas de manera más eficiente ante epidemias, lo que pone a nuestro país en una posición de ventaja ante las enfermedades infecciosas en general, considera la directora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, Laura Alicia Palomares Aguilera.

En ocasión del Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, que se celebra el 27 de diciembre, la experta en Bioquímica acota que aun así es necesario observar también los contrastes, ya que hay naciones que se han quedado atrás.

Se va a cumplir un año de que las primeras vacunas fueron aprobadas para su uso en emergencia; todavía hay varios países que no tienen acceso a ellas. En particular en naciones como México, hemos avanzado en la preparación, pero nos ha hecho falta articular esfuerzos de manera más eficiente; sobre todo, tener plataformas sólidas que nos permitan responder de manera más oportuna en el futuro, reconoció la doctora en Ciencias por la UNAM.

En noviembre de 2020 la Asamblea General de Naciones Unidas expresó su preocupación, porque las principales enfermedades, infecciones y epidemias tienen repercusiones devastadoras en la vida humana, por lo que proclamó la conmemoración en la materia.

La pandemia por la COVID-19 ocasiona estragos en el desarrollo social y económico a largo plazo; mantiene la amenaza de que las crisis sanitarias mundiales saturen los sistemas de salud, ya sobrecargados, interrumpan las cadenas mundiales de suministro y destruyan los medios de subsistencia de las personas.

En nuestro país se registran casi cuatro millones de infectados y aproximadamente 300 mil decesos por esta enfermedad, mientras que en el mundo 266 millones de contagiados y cinco millones 660 mil fallecimientos.

La primera latinoamericana en ingresar al Comité Asesor Científico de la Coalición de Innovación en Preparación ante Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés) recuerda que la humanidad ha sido afectada por pandemias a partir de sus inicios; no obstante, no todas las naciones destinaron los recursos necesarios para afrontarlas.

Antes del SARS-CoV-2, las pandemias habían dado muestra de sus efectos, tal es el caso de la peste negra (1347-1351) que ocasionó la muerte de 75 a 200 millones de personas en el mundo; la viruela, en 1520, 56 millones de decesos en el planeta; o la gripe española, que de 1918 a 1919 eliminó a 50 millones.

La investigadora recuerda que en la época moderna si bien la crisis por la Infuenza-A de 2009 estableció un precedente importante que motivó la instalación de laboratorios y sitios de detección, no se le dio seguimiento y tampoco se avanzó en el desarrollo de las tecnologías, inclusive diversos rubros de investigación básica relevantes se abandonaron, una vez que se pensó había terminado.

Para la experta universitaria si bien se ha avanzado en el planeta al establecer estrategias para la producción y distribución de vacunas de manera más eficiente, faltan más plataformas que faciliten la tarea a futuro.

Éstas deben fomentar la investigación básica, con cuadros sólidos en virología, virología clínica, medicina, infectología, biotecnología, ingeniería, porque sin la base científica sólida no va a haber sustento para lo demás, subraya Palomares Aguilera.

“De ahí pasamos a la parte de infraestructura. Existen esfuerzos en uno y otro lado, que no están articulados y seguimos muchas veces pensando que cada quien debe tener su propia infraestructura, en lugar de pensar en estrategias nacionales que permitan planes de respuesta más eficientes”, enfatiza.

Actualmente diversas entidades de la UNAM colaboran en el CEPI,  proyecto internacional dedicado a apoyar en la revisión de vacunas contra la COVID-19, y también en la investigación sobre epidemias a futuro. Participan el IBt, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia y la Facultad de Química.

Salir de la versión móvil