Ciudad de México.- Investigadores de la Universidad de Queensland y el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, en Australia, descubrieron que un péptido en el veneno de araña puede restaurar las deficiencias neurales que desencadenan las convulsiones asociadas con el síndrome de Dravet, una forma de epilepsia infantil.
El estudio en ratones podría ser un paso importante para el desarrollo de mejores estrategias terapéuticas para este tipo de epilepsia considerada mortal para los niños en su primer año de vida.
Se estima que alrededor del 80 por ciento de los casos del síndrome de Dravet, se debe a una mutación en un gen llamado SCN1A. Cuando este gen no funciona adecuadamente, los canales de sodio en el cerebro que regulan la actividad cerebral no funcionan correctamente.
“En nuestros estudios, el péptido del veneno de araña fue capaz de dirigirse a los canales específicos afectados por el síndrome de Dravet, restaurando la función de las neuronas del cerebro y eliminando las convulsiones”, explicó el científico del Instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland, Glenn King.
Los científicos informaron que el veneno estudiado para este padecimiento, proviene de una tarántula conocida como “estallido de estrellas de Togo”, la cual proporcionó el péptido eficaz.
Este descubrimiento, realizado en colaboración con el profesor Steven Petrou, demuestra la efectividad única del veneno de araña en el tratamiento de los trastornos del sistema nervioso, destacó en un comunicado la Universidad de Queensland.
Las arañas eliminan a su presa a través de compuestos de veneno que se dirigen al sistema nervioso, a diferencia de las serpientes, por ejemplo, cuyo veneno se dirige al sistema cardiovascular.
“Millones de años de evolución han refinado el veneno de araña para apuntar específicamente a ciertos canales iónicos, sin causar efectos secundarios, y los medicamentos derivados de los venenos de araña conservan esta precisión”, destacaron los científicos.
Este hallazgo puede ayudar a desarrollar medicamentos de precisión para el tratamiento de la epilepsia del síndrome de Dravet, que ha sido difícil de tratar eficazmente con los medicamentos anticonvulsivos existentes”.
De acuerdo al Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, después de aplicar el compuesto del veneno de araña a las células nerviosas de los cerebros de los “ratones Dravet” identificaron que su actividad volvía inmediatamente a la normalidad.
“La infusión en los cerebros de los ratones no sólo restauró la función cerebral normal en minutos, sino que durante tres días, notamos una reducción drástica en las convulsiones en los ratones y una mayor supervivencia; todos y cada uno de los ratones no tratados murieron”, explicaron.
El síndrome de Dravet, conocido también como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia (SMEI) o epilepsia polimorfa, es una epilepsia infantil catastrófica que provoca un retraso en el desarrollo mental y conductual, con un mayor riesgo de muerte prematura.
Se produce cuando una de las dos copias del gen SCN1A muta y produce una proteína que no funciona, dejando al paciente con la mitad de la cantidad normal de proteína funcional.
Esta investigación, publicada por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, recibió el apoyo de organizaciones como Citizens United for Research in Epilepsy, el Australian Research Council y el National Health and Medical Research Council.