#CongresoSLP | La diputada María del Consuelo Carmona dijo que este problema no se puede normalizar y por el contrario, hay que tomar acciones para erradicarlo

San Luis Potosí, SLP.- Las diputadas y diputados integrantes de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Congreso del Estado, aprobaron la iniciativa para declarar el 2020, como el “Año de la cultura para la erradicación del trabajo infantil”, informó la presidenta de la Comisión diputada María del Consuelo Carmona Salas.

Señaló que el trabajo infantil es un grave problema que persiste no solamente en San Luis Potosí sino en todo el mundo, y para combatir esta realidad, se debe empezar por algo y es concientizar a la sociedad de que los niños están trabajando y eso no debe ser normal ni es legal.

La diputada señaló que es necesario voltear a ver a este sector, donde muchos niños trabajan porque los obligan los adultos, porque quieren llevar sustento a sus casas y ayudar, porque necesitan dinero para seguir sus estudios y por muchas otras causas que están perfectamente identificadas.

“Lo más grave de todo es que los vemos en las esquinas, en los campos de pizca de tomate o en cualquier empleo y pensamos que es normal pero no debe ser así, de tal manera que se deben tomar acciones adicionales a la declaratoria de “2’020, Año de la cultura para la erradicación del trabajo infantil”.

Según datos del INEGI, en San Luis Potosí el 10 por ciento de la población entre los 5 y 17 años trabaja, la mayoría de ellos en condiciones no adecuadas y en gran porcentaje siendo privados del acceso a la educación.

La iniciativa la presentó la diputada Martha Barajas García, vicepresidenta de la Comisión en conjunto con Karina Rangel, Secretaria Ejecutiva de SIPINNA estatal. El trabajo infantil es una forma de violentar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, donde se obstaculiza el derecho a la educación, así como representa exponer a riesgos innecesarios a la vida, a la integridad física y emocional de los y las menores de edad.

La UNICEF establece que los niñas y niños que viven en los hogares más pobres y en zonas rurales, son más propensos a ser víctimas del trabajo infantil,  incluso realizando labores propias de los adultos, y recurrentemente afectando sobre todo a las niñas y mujeres adolescentes.