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Exposición de dispositivos digitales es detonante del síndrome del ojo seco

Con el uso de los dispositivos dicho síndrome va en aumento y ocurre a edades más tempranas

Reducir el brillo en la pantalla de dispositivos celulares, tabletas y computadoras, no exponerse directamente al aire acondicionado, corregir la graduación de los lentes y acudir a revisión con el especialista al menos dos veces al año, son algunas recomendaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para prevenir el síndrome del ojo seco.

La oftalmóloga del Hospital General de Zona (HGZ) No. 50, en San Luis Potosí, doctora Norma Corona, apuntó que este padecimiento tiene origen multifactorial y se caracteriza por la deshidratación de la conjuntiva y la córnea, a causa de la evaporación acelerada de lágrimas.

Esta pérdida, dijo, genera inicialmente varios síntomas como ardor ocular, ojos rojos, comezón y lagrimeo como parte del proceso irritativo. Sin embargo, también se presentan otras manifestaciones como visión borrosa y ojo rojo crónico.

Explicó que, actualmente, el ojo seco se asocia al uso de dispositivos electrónicos en una población que oscila entre los 20 y 40 años, e incluso en personas que se practican la cirugía refractiva (procedimientos quirúrgicos que ayudan a eliminar o disminuir el uso de gafas o lentes de contacto).

Para atender esta patología, la doctora indicó que en el Instituto se brindan tratamientos con lubricantes tópicos, antiinflamatorios e inmunomoduladores.

Además, recomendó tomar descansos de 10 a 15 minutos por cada cinco horas de uso de teléfono celular, tableta o computadora, y lubricar de manera constante los ojos, bajo prescripción médica.

La especialista en superficie ocular destacó que, además de la tecnología, el ojo seco se relaciona con la menopausia, alergias, enfermedades inflamatorias como el lupus, artritis reumatoide, rosácea, síndrome de Parkinson, consumo de medicamentos diuréticos, antihistamínicos y algunas hormonas.

No atender este síndrome de manera oportuna, subrayó, puede llevar a ulceración de la córnea, perforación ocular e incluso a la pérdida de la visión.

Refirió que el padecimiento tiene mayor incidencia en personas de entre 40 y 50 años, y 20 por ciento de la población lo padecerá.

En el mismo rango de edad, su mayor tendencia estaba en el sexo femenino por la menopausia, pero hoy con los dispositivos se identifica prevalencia en ambos sexos y en edades más tempranas.

 

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