Artistas, creadoras, creadores, promotores y promotoras culturales de diversos municipios desarrollarán actividades para niñas, niños y adolescentes en julio y agosto

Con una inversión federal de 300 mil pesos, gestionada por el Gobierno del Estado de San Luis Potosí, a través de la Secretaría de Cultura (Secult), arrancará el Programa de Desarrollo Cultural Infantil Alas y Raíces con el que se beneficiará con 170 actividades culturales a niñas, niños y adolescentes de los municipios de Soledad de Graciano Sánchez, Cerro de San Pedro, Venado, Villa de Arista, Matehuala, El Naranjo, Tamazunchale, Tamasopo, Rioverde, Catorce y Rioverde.

La secretaria de Cultura, Elizabeth Torres Méndez preciso que, por instrucciones del Gobernador Ricardo Gallardo Cardona, hay acercamiento con el Gobierno de México para atraer proyectos culturales que beneficien a todas y todos los potosinos con el propósito de impulsar la cultura como promotora de paz, sana convivencia y previsora de violencia en todos los ámbitos.

El programa presentado en el Centro Julián Carrillo por la dirección de Desarrollo Cultural y 10 de 32 artistas y creadores culturales, tiene el objetivo de generar acciones culturales que posibiliten el acceso, participación y contribución de infancias y adolescencias a las diversas manifestaciones y expresiones culturales que permitirán el desarrollo de un total de 170 actividades no sólo en la capital potosina, sino también al interior del Estado.

El recurso será ejercido exclusivamente para el pago de honorarios de 32 talleristas, promotores, promotoras culturales y/o grupos artísticos que se integren a la programación cultural y artística a desarrollarse dentro de los meses de julio y agosto del presente año en el Estado. Todas estas acciones y actividades programadas en las categorías de Presentaciones artísticas, Narraciones y tradición oral y Talleres experimentales de sensibilización artística, tienen como prioridad el trabajo con infancias y adolescencias en contextos vulnerables como poblaciones víctimas de violencia física, simbólica, psicológica, género y/o sexual; en contextos adversos como hospitales, centros de reclusión, Casas Hogar, en situación de calle, infancias trabajadoras y otros espacios emergentes como situaciones de crisis a consecuencia de fenómenos naturales y/o conflictos sociales.