En el Pleno del Congreso, este jueves pasado irrumpieron diferentes grupos y movimientos ciudadanos.
Ambos con legítimas exigencias, pero sobretodo ejerciendo el derecho ciudadano a la expresión.
Canalizaremos todas las demandas y, conforme a nuestras funciones daremos entradas a todas las inquietudes.
Había preparado este discurso con motivo del centenario del asesinato de Zapata.
Les dejo mi sentir que no pude desde el Pleno. No quiero dejar pasar la oportunidad.
Buenos días a todas y todos.
Zapata Vive, la Lucha Sigue, es el grito usado por líderes y movimientos sociales.
Y no es para menos.
La presencia del Caudillo del Sur, después del cobarde asesinato que le arrebató la vida hace 100 años, un 10 de abril de 1919, permea nuestra conciencia histórica y nos representa un sinfín de pendientes sociales, increíblemente aún por resolverse.
Siendo el símbolo del agrarismo, Emiliano Zapata sigue presente en las luchas de campesinos y ejidatarios en nuestro Estado, como exigencia de justicia y libertad.
A inmobiliarias y gobiernos coludidos con el despojo de tierras, debería resonarles las palabras del Atila Sureño, cuando intentaron corromper su genuino movimiento:
“no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado”.
En nuestro Estado, las ambiciones voraces aún merman la economía de los más pobres, aprovechan las necesidades de los más humildes y envilecen con dádivas a los más abandonados del sistema económico.
Los poderosos tienen como único fin despojar de sus tierras y sus aguas a las comunidades para inaugurar palacios del despilfarro, como íconos de la avaricia fundada injustamente en el empobrecimiento de las clases marginadas.
A ellos las palabras de Edgar Rojano García en el artículo Eterna Presencia:
“para la salud de la vida pública del País, Emiliano Zapata seguirá vigente porque está anclado en la historia, en su sentido revolucionario, en la búsqueda de la justicia y por su enorme arraigo popular”.
Y seguirá siendo nuestro ejemplo de resistencia ante el injusto despojo de tierras y aguas.