El gobernador Ricardo Gallardo comentó además que los proyectos de obra urbana en todo el estado ascienden a 5 mil millones
San Luis Potosí está dejando atrás la herencia maldita de anteriores gobernantes y vive una verdadera transformación en el ejercicio gubernamental a favor de las familias en cada rincón del Estado, manifestó el Mandatario Estatal Ricardo Gallardo Cardona, al destacar que a ocho meses de su Gobierno se invierten mil millones de pesos en programas sociales y cinco mil millones a proyectos de infraestructura urbana, cifra que supera en 400 por ciento al último año del pasado gobierno.
Dijo, además, que la ciudadanía de las cuatro regiones es testigo de una serie de cambios favorables en todos los rubros del ejercicio público, desde salud, seguridad pública, educación, generación de empleos, impulso al emprendedurismo y fortalecimiento de la economía local, pues era un compromiso con las y los potosinos: “trabajar todos los días de nuestra administración y resarcir los beneficios que no se dieron en el pasado”.
Al mencionar la preparación del Primer Informe de Gobierno, detalló que sólo en infraestructura se invierten cinco mil millones de pesos en las cuatro regiones de la Entidad, que contrastan con los raquíticos mil 200 millones que aplicó su antecesor: “estamos hablando de un incremento de 400 por ciento sólo en el rubro de obras, pero si hacemos una comparativa en todos los rubros tenemos incrementos inéditos, todo pensando y atendiendo a la población que más lo necesita de San Luis”.
Expuso que ahora se trabaja con base a las necesidades reales de la gente, por ello se implementan programas sociales históricos que superarán los mil millones de pesos en un año, beneficiando a madres solteras, adultos mayores, estudiantes universitarios, padres y madres de familia: “antes esas cantidades exorbitantes de dinero se destinaban únicamente a pago de nómina”.
Agregó que tanto él como un equipo de trabajo recorren las calles, las comunidades, los municipios, conociendo de cerca el sentir de la población, ya que es eso lo que merecen las familias, “ser escuchadas y recibir una esperanza de las autoridades que han elegido; estamos acabando con la herencia maldita que despachaba detrás de un escritorio”.