#ECOLOGÍA| Sólo uno de cada 10 personas respira aire seguro, mientras que el 92 % de la población de las ciudades o zonas rurales viven con niveles de contaminación mayores a las recomendadas
Buenos Aires: La contaminación del aire de Buenos Aires creció de forma significativa a partir de la segunda quincena de abril, tras las restricciones de circulación por el coronavirus (COVID-19), de acuerdo con el monitoreo satelital analizado por la organización ecologista Greenpeace.“Las mediciones nos muestran la relevancia del transporte en la contaminación del aire de las ciudades y la necesidad de avanzar en la transformación total del parque automotor”, apuntó Leonel Mingo, coordinador de campañas de Greenpeace.

“Sin actividad industrial, los gases que provienen de la combustión de los motores de autos y colectivos llevan la contaminación a niveles cercanos a los habituales. La quema de combustibles fósiles para alimentar la movilidad urbana debe quedar, en el pasado”, apuntó.

La organización dijo que a nivel mundial, sólo uno de cada 10 personas respira aire seguro, mientras que el 92 por ciento de la población de las ciudades o zonas rurales viven con niveles de contaminación mayores a los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, el 87 por ciento de las muertes que se producen por esta problemática se dan en países de medios y bajos ingresos.

Refirió que en la capital argentina existen concentraciones de gases contaminantes, en particular de dióxido de nitrógeno (NO2), que muestran un contraste entre los últimos días del mes de marzo, donde estaba una cuarentena obligatoria total con mínima circulación de transporte urbano y el último día de abril.

Apuntó que el NO2 es un gas tóxico que representa una mezcla de sustancias que salen del escape de los vehículos. “Está relacionado al aumento de los problemas respiratorios que afectan a niños y adultos mayores”.

Puntualizó que produce “inflamación en vías respiratorias, alergias, cambios en los alvéolos pulmonares, disminuyendo las defensas a enfermedades respiratorias; además, deteriora la capacidad pulmonar, promueve envejecimiento celular acelerado, distintos tipos de cáncer y Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC)”.