Miztli es la supercomputadora de la UNAM que utilizó un equipo internacional de expertos, junto con seis sistemas similares en el mundo, para recrear una galaxia similar a la Vía Láctea, como parte del proyecto Assembling Galaxies Of Resolved Anatomy (AGORA).
En este proceso utilizaron siete de los códigos numéricos más empleados en la astrofísica y de acuerdo con Santi Roca Fàbrega, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y titular del trabajo, para estudiar la formación de una galaxia incluyendo el cómo viven y mueren las estrellas, los científicos realizan simulaciones en computadora las cuales les permiten revisar, en unos meses, un proceso que en la realidad tarda miles de millones de años.
Este desarrollo, prosiguió, requiere el uso de supercomputadoras y en el caso de este nuevo proyecto de AGORA, donde participan aproximadamente 160 investigadores de más de 60 entidades académicas, se necesitó crear una media de 40 simulaciones de una galaxia similar a la Vía Láctea para cada uno de los siete códigos participantes, para obtener el resultado final.
Este avance es el equivalente a más de 100 millones de horas en una computadora personal, pero en centros de supercomputación. Los resultados se presentaron en la revista The Astrophysical Journal, explicó el especialista quien realizó parte de su tesis doctoral en el Instituto de Astronomía de la UNAM.
La utilidad de Miztli en el equipo de AGORA es estratégica para visualizar “la formación de la galaxia similar a la Vía Láctea, incluyendo la evolución del gas intergaláctico y la formación y evolución de estrellas; aunque en el momento en el que se encuentra la simulación aún no es visible, en el centro principal se está empezando a formar un disco que abarcará asemejándose al de la Vía Láctea”, refirió el investigador.
Desde que empezaron a usarse las simulaciones en investigaciones en astrofísica, añadió el experto en astrofísica instrumental y extragaláctica, varios grupos en el orbe han creado múltiples códigos numéricos, pero nunca se había logrado su comparación, con la recreación de un mismo objeto, a fin de detectar las diferencias que se obtienen. Cada código es como un camino que debería puede conducir al mismo resultado, es importante conocer cuáles son las diferencias para saber qué resultados son reales y cuáles dependen del código usado.
De 2012, cuando surge AGORA, a la fecha, se han presentado ya tres trabajos, el primero con la simulación de la evolución de la materia oscura, sin presencia de gas ni estrellas; el segundo con la evolución del disco de una galaxia aislada y sin interacción de otras galaxias; y, ahora, la evolución del simil de la Vía Láctea, que incluye la presencia de gas, formación y evolución de estrellas e interacción con otros sistemas galácticos.
Octavio Valenzuela, del Instituto de Astronomía de la UNAM, precisó que este tipo de proyectos solo pueden realizarse con la colaboración internacional pues “empujan los límites tanto de la tecnología, como de nuestro conocimiento y, si uno puede capturar cómo se forma una galaxia o nuestro Universo, también se puede aplicar al conocimiento de la atmósfera o el clima, por ejemplo”.
Héctor Manuel Velázquez, del Instituto de Astronomía de la UNAM, único mexicano participante en el proyecto, explicó que de los códigos numéricos empleados se decidió comparar siete de los más utilizados: ART-1, ENZO, RAMSES, ChaNGa, GADGET-3, GEAR y GIZMO.
“Con todos ellos se realizó la misma simulación de la formación de una galaxia tipo Vía Láctea, incluyendo, entre otros, los detalles de la formación estelar, los cambios en la temperatura del gas y las explosiones de estrellas al morir y su efecto en el entorno.