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El aumento explosivo se atribuye en gran parte a la variante ómicron del COVID-19
España está lidiando con el número más alto de infecciones por coronavirus y algunas regiones están sopesando aplicar nuevas restricciones a la vida social antes de fin de año.
Al actualizar las cifras de la pandemia por primera vez en cuatro días, las autoridades de salud reportaron 214.619 casos nuevos a última hora del lunes, lo que llevó el número de casos nacionales de 14 días a un nivel récord de pandemia de 1.206 infecciones nuevas por cada 100.000 habitantes.
En pleno auge de la oleada de contagios de enero, que hasta ahora era la que contagiaba a la mayoría de las personas en España, la tasa había subido a 900.
El aumento explosivo se atribuye en gran parte a la variante ómicron del COVID-19, que según los científicos se propaga más rápido que las mutaciones anteriores, aunque el número de pacientes infectados que necesitan atención hospitalaria es proporcionalmente menor que en los rebrotes anteriores. Los datos oficiales muestran que el 7,5% de las camas hospitalarias españolas y el 18% de las unidades de cuidados intensivos están atendiendo enfermos con COVID-19.
Las autoridades informaron 120 nuevas muertes desde el 23 de diciembre.
En respuesta al creciente número de casos, algunas regiones españolas están analizando ahora aplicar restricciones, medidas a las que se resistieron hace apenas una semana, cuando las autoridades sólo impusieron el uso obligatorio de mascarillas al aire libre.
Las regiones norteñas de Navarra, Aragón y Cantabria, entre otras, están limitando ahora la vida nocturna, imponiendo toques de queda o sopesando topes a los miembros de diferentes hogares a los que se les permita reunirse.
Con información de AP