El virus causante de la COVID-19 está mutando, no es el mismo que apareció en Wuhan, China y ante las ventajas evolutivas de propagación y resistencia que presenta ahora “estamos en una carrera contra la aparición de las variantes y con la vacunación”, afirmó el científico mexicano Antonio Lazcano Araujo.
En los últimos 40 años hemos padecido pandemias a consecuencia de patógenos de virus tipo RNA, por ejemplo de influenza H1N1, SARS, VIH Sida, influenza aviar, Zika, Ébola, Virus del Nilo Occidental y SARS-CoV-2, destacó el universitario en conferencia virtual organizada por la Facultad de Ciencias de la UNAM.
“No podemos predecir la aparición de nuevos virus porque la evolución biológica es un proceso multifactorial que hace imposible saber qué mutaciones se van a fijar en una población. Lo que sí puedo decir es que tarde o temprano van a surgir mutantes resistentes a los antivirales, incluso, en virus de evolución tan lenta como los coronavirus”, advirtió.
Se pueden predecir los procesos ecológicos que facilitarán epidemias futuras, “si estoy devastando ambientes que son ricos en diversidad biológica lo que va a ocurrir es que los mamíferos grandes se van a morir, pero los mamíferos pequeños como los roedores o los murciélagos rápidamente se van a dispersar junto con sus virus y sus patógenos y nos van a tocar, esto es muy importante tenerlo presente”.
“Conocemos siete tipos de coronavirus que infectan a humanos, pero en las dos últimas décadas hemos visto la aparición de tres betacoronavirus (los sabercovirus) que tienen un potencial patogénico altísimo; el SARS-CoV, MERS-CoV y el SARS-CoV-2”.
El académico recordó los postulados de Charles Darwin en su obra El origen del hombre (libro que en 2021 cumple 150 años de haberse publicado), que entre otras cosas dice que la similitud entre los seres humanos y otros mamíferos no sólo es anatómica, sino también a nivel molecular; y entonces “lo que puede infectar a un murciélago puede infectar a un humano, lo que puede infectar a un humano puede infectar a una vaca y lo que puede infectar a un ratón puede infectar a un caballo, y por lo tanto no nos tiene que sorprender que se den estos fenómenos”.
En el marco de la teoría evolutiva y de estudios apoyados en la genómica, la biología molecular y la bioinformática, el investigador precisó que necesitamos entender la dinámica de evolución de los virus para ver cómo afectan a la salud individual y colectiva.
Para ello, el también responsable del Laboratorio de Origen de la Vida de la UNAM, detalló algunas características de los virus de RNA y de los coronavirus, entre estos particularmente del SARS-Cov-2, agente causante de la COVID-19, de las vacunas y de los antivirales que lo están combatiendo.
¿Qué es un virus?
En latín la palabra virus significa veneno, son agentes infecciosos microscópicos sin células. Sin embargo, “la mayoría de los que conocemos no son patógenos, están presentes en todos los reinos biológicos y ni fueron los primeros seres vivos ni son primitivos, aunque algunos pueden tener unos 2 mil 500 millones de años de antigüedad”.
¿Los virus están vivos?
“Se replican, mutan y evolucionan, pero estas propiedades también están presentes en otros sistemas químicos que no están vivos”. De entrada, “todos los organismos están igualmente vivos” pero los virus carecen de metabolismo propio y dependen de las células de un hospedador vivo para replicarse.
¿Cómo se clasifican?
En función de su sistema genético los virus se clasifican en DNA y RNA. El material genético que forma la molécula en los virus de RNA tiene una secuencia de compuestos químicos (bases) que se representan con las letras “A”, “U”, “C” y “G y las “instrucciones” para su funcionamiento, es decir, para que puedan replicarse a sí mismos, transmitirse y saber a quién infectar. Aunque al replicarse estos virus generan mutaciones y errores en su secuencia.
Mutaciones de los virus de RNA
Entre más largo sea el genoma mayor número de mutaciones y de errores va a tener, puede haber virus de RNA con secuencias distintas y “esto tiene una importancia epidemiológica métrica enorme, porque quiere decir que los virus que tienen una secuencia distinta se pueden escapar al sistema inmunitario de una persona, a los anticuerpos generados por una vacuna o puede dejar de tener sobre ellos algún efecto las terapias antivirales”.
El SARS-CoV-2, agente causante de la COVID-19, es un coronavirus de RNA, como los que provocan las enfermedades del Sarampión, el SIDA y la influenza, además el virus que saltó de una especie a otra también infecta a otros mamíferos como los gatos, los visones y los tigres vía el receptor ACE2 de sus células.
¿Qué son los Coronavirus?
Son una excepción dentro de los virus de RNA, fueron descritos en 1966, por primera vez, gracias al trabajo de June Almeida, viróloga de origen escocés, que al observarlos bajo el microscopio les encontró semejanza a la corona solar que se aprecia en un eclipse total de Sol, de ella recibieron el nombre de coronavirus.
Los coronavirus hacen uso de un sistema de edición que les permite tener genomas muy largos sin cometer tantos errores, la presencia de una exonucleasa implica que son más estables genéticamente y que la expresión de su contenido genético es más compleja.
Un genoma de SARS-CoV-2 acumula un par de mutaciones por mes, la mitad de los cambios que reúne en el mismo tiempo el virus de la influenza y la cuarta parte de las mutaciones que almacena el VIH en el mismo periodo.
La diversidad genómica del SARS-CoV-2 es muy limitada por dos razones; porque es un virus joven que tiene poco más de un año y medio circulando entre los seres humanos y porque en términos generales no causa una infección crónica, aunque hay excepciones, pacientes que se infectan y mueren porque tienen otros problemas de salud, manifestó el especialista.
El organismo responde y dependiendo de la capacidad inmune de cada persona, el paciente puede tener una forma leve de la enfermedad, infección severa que requiera hospitalización, o padecer una etapa crítica en la que puede fallecer, entonces el virus se va y puede ir a infectar a otra persona.
Variantes y mutaciones del SARS-Cov-2
La estabilidad genética del SARS-CoV-2 es tal que el virus se propaga con mayor rapidez que con la que muta. “Claro que si tenemos millones y millones de personas infectadas, como ocurre en México en la India o a nivel mundial, evidentemente hay muchas oportunidades para que surjan nuevas variantes”.
Las variantes de “interés” o de “preocupación” que está presentando el SARS-CoV-2 indican que el virus está evolucionado, aumenta su transmisibilidad y es más infeccioso, aunque, hasta ahora, no está claro que las variantes nuevas sean más letales.
Estamos en la variante llamada “Lambda” y todo indica que vamos hacia una tercera ola de la enfermedad que no tiene que ser tan mortal como la primera, por la inmunidad que proporcionan las vacunas o la inmunidad natural de las personas recuperadas, preocupa porque hay el riesgo de que se combinen la capacidad de escape y la capacidad de transmisión, dijo el científico.
“La genómica de las poblaciones del virus nos está dando una serie de herramientas para combatirlo de tres maneras; con la prevención, con las vacunas y usando antivirales”.
El desarrollo de las vacunas y los antivirales
El doctor Lazcano Araujo reconoció que debemos a Katalin Karikó, bióloga molecular de origen húngaro, el desarrollo, por primera vez, de las vacunas de RNA mensajero “que están resultando las más eficaces, las más útiles, las que han tenido mayor éxito” contra el coronavirus.
Señaló como la primera promotora de las vacunas en occidente a Lady Montagu, quien a finales del siglo XVIII vio que en Turquía, para prevenir la Viruela, hacían una incisión en la piel de las personas y aplicaban el polvo de las cicatrices de los enfermos, ella retomó la idea tratando de popularizarla en Inglaterra, 30 años antes que el famoso Edward Jenner.
Por su parte, Gertrude B. Elion bioquímica estadounidense, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1988, fue la primera que diseñó en laboratorio el componente activo del Aciclovir y, en conjunto con otros investigadores, el primer antiviral que se usó contra el VIH (AZT). También pensó en la manera de inhibir la replicación de los virus, deformando las moléculas y pegándoles grupos activos o funcionales y eso cambió la manera de atacar a los virus.
En ese contexto, Lazcano Araujo resaltó que el uso del fármaco Sofosbuvir (antiviral pensado originalmente para tratar la Hepatitic C), como inhibidor del SARS-CoV-2, es una propuesta del investigador de la UNAM Rodrigo Jácome y de otros investigadores del Laboratorio Origen de la Vida, sobre el que se siguen haciendo ensayos.
Responsabilidad colectiva
“Todos hemos sido infectados por coronavirus en el invierno, son esas gripas molestas que se pueden volver muy severas, la inmunidad dura menos de un año y no tenemos vacunas contra ellos. La esperanza es que ahora se pudiera desarrollar una vacuna universal a partir de lo que sabemos del SARS-CoV-2”.
Gracias a la estabilidad genómica del virus se puede predecir con mucha certeza que no habrá niveles altos de variabilidad viral en las personas infectadas, una vacuna servirá para todas las variantes y que, por lo pronto, no hay que preocuparse por vacunas polivalentes, además de que las terapias antivirales pueden ser homogéneas y la aparición de resistencia será lenta.
La responsabilidad es colectiva, al Estado le toca, entre otras medidas, desarrollar pruebas para detectar a personas infectadas y generar campañas de vacunación; a la sociedad le toca guardar la sana distancia, tener higiene de manos, no acudir a lugares concurridos, vacunarse y usar cubrebocas.
“El secreto es vacunarse y no descuidar las otras medidas de contención del virus. Vacúnense y usen su cubreboca”, recomendó.